A través de sus Miradas y la agonía en sus gargantas puedo verlos...

Arrastrando las cadenas van los hombres reprimidos y algunos despojados de su Libertad.

Con dificultad respira la mujer que habita bajo una superficie, ya que entre el vacío que rodean las paredes  esta es esclava del verdugo de su amor; este la maltrata con palabras, la despoja de su ser, la somete a sus desgracias y mal concepto del deber.

De su lagrimal brotan gotas sollozas de sal que resbala lentamente su pómulo.

 De su garganta brota el gemir del encierro y de su cuerpo un destello del cáncer que carcome hasta el último hueso.

A lo lejos veo la mujer que habita un cuerpo con órganos masculinos y unos ojos llenos de deseos, arrastrando las cadenas pasa su vida gritando en silencio, culpando al espejo para que le mienta de nuevo. El rechazo lo espera sentado junto la "hoguera familiar," los amigos y la sociedad.

Mas allá se encuentra el primogénito, el Adán mal llevado, que siente que tiene el poder de la furia y de las guerras, el que controla a su Eva para presumir de su miembro, el que necesita de más hembras porque nunca es suficiente par satisfacer su ego.

Eva la ramera, mientras tanto espera caminando a la orilla de la carretera húmeda y desolada que un insatisfecho ofrezca la mejor oferta de la noche, para llevar el pan a la casa el cual sus hijos recibirán como el gran  maná.

Desde un hospital escucho a una mujer pariendo y el grito temeroso del infante que al mismo tiempo reclama ser traido a este mundo lleno de tantos ignorantes.

Pobre el emigrante que sale de su tierra amiga, en busca de una mejor vida, sin pensar en las consecuencias. Ciego sueña con una mejor vivienda, mas comida, pero en tierra ajena, y peor aun hasta sin identidad se queda.

Niños con derechos, viven en el peor de los infiernos, traídos al mundo a vivir pero sin respeto, ultrajados por sus padres pierde lo más sagrado y bello; el derecho a la protección y el respeto perpetuo.

¡¿Hasta cuando hombre?!  ¡¿Hasta cuando sigues arrastrando cadenas?!...

Ya es hora de redimirnos, perdonar y romper con ellas.