Crisis
Publicado en Apr 06, 2009
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Crisis
Mirela se hace una coleta, la sujeta con una goma y se coloca la gorra atrapando su pelo negro bajo ella, la cazadora blanca, reversible, lo suficientemente ancha para disimular su cada vez mas patente desarrollo de niña a mujer y los pantalones vaqueros le dan un aspecto de muchacho. Mientras espera en la puerta del colegio, pacientemente, a que su hermano Ucin salga de clase, los pequeños siempre son los últimos para permitir que se despeje la puerta tras la incontrolada salida de los mayores, mastica un chicle que hace días tuvo sabor a fresa.
Por fin lo ve asomarse por el fondo del pasillo, sonriente, con la cara manchada de tiza, el pelo alborotado y cargado con su sempiterna mochila de Doraimon, que "heredó" de su hermana hace tres años.
Ucin se detiene ante ella, comparten una sonrisa mientras le limpia la cara con un pañuelo y un poco de saliva, salen a la avenida desapareciendo entre el bullicio, dejando atrás la seguridad del colegio y en busca de su Ţară (país), así llamó su padre aquellos 80 metros cuadrados cuando llegaron a España hace cinco años. Esa es su patria, al menos mientras puedan seguir pagando el alquiler.
Caminan por la acera, justo por debajo de esa línea que los separa de los mayores y que los convierte en invisibles. Son solo dos crios de ocho y doce años que vuelven del colegio y no despiertan ninguna curiosidad en los viandantes. Mirela lleva las manos en los bolsillos de su cazadora, nota como su hermano mete la mano en su bolsillo y entrelazan sus dedos sintiendo como un halo de seguridad los envuelve con aquel simple gesto, que surgió en el interminable viaje en autocar que los alejó de su Rumania natal desde entonces siempre caminan así.
Han sucedido muchas cosas en esos cinco años, muchos cambios, pero la mano de su hermana sigue ahí para agarrarlo con fuerza y guiarlo. Mirela siempre tiene una sonrisa para él, aunque últimamente ha notado que sus ojos no brillan como antes dejando entrever un deje de tristeza. Solo Ucin se ha dado cuenta, sus padres bastante tienen con sus vanos intentos de estirar sus míseros sueldos para llegar a fin de mes.
Llegan a una plaza y Mirela se detiene, cuatro yogures y dos tomates claman desde el vacío en la nevera de su casa y se impone una acción drástica. Es miércoles y los dos trabajos de su madre la llevaran hasta las diez de la noche, justo media hora mas que la jornada de su padre y cuando lleguen al sofá, que crujirá alarmantemente, sonreirán a sus hijos antes de que, con un beso, los abracen y los manden a la cama mientras sus ojos luchan por permanecer abiertos y Mirela los oirá hablar desde la habitación que comparte con Ucin de lo mal que está todo por la jodida crisis.
-Ucin...
-¿Otra vez?- adivina el pequeño.
-Alquilaremos un video juego. ¿Vale?
La sonrisa del pequeño arranca un destello en los ojos de Mirela que se pierde en el aire para no volver. Sube la cremallera de la cazadora atrapando en su interior los vivos colores de su reverso y se disponen a esperar.
El primero es un chico joven con la ropa manchada de pintura, lo deja pasar. Después una mujer de altos tacones...quizás... pero entonces aparece un hombre llenando un traje hasta sus limites y cargando un maletín de piel negra.
Ese.
-Ucin, înainte (adelante).
Solo hablan rumano en casa y en momentos como este. Para desesperación de su padre, se comunican mejor en castellano, el idioma en que estudian.
El niño saca la mano del bolsillo, soltando la de su hermana y camina atento hacia la izquierda del hombre, su hermana se coloca a la derecha mientras mira fugazmente la entrada del Metro situada a unos escasos cien metros.
El hombre murmura mientras marca por segunda vez su Pin secreto en el cajero situado en plena calle, el maletín apoyado en la pared y sujeto con el pie ha dejado libre su mano izquierda en la que sujeta la cartera mientras la derecha saca la tarjeta y se oye el tableteo que precede la salida de los billetes.
-¡¡¡Gordooooo!!!!- le gritan y acto seguido un certero escupitajo le acierta en la cara-
-¡Maldito...!-aúlla girándose a su izquierda.
Por el rabillo del ojo atisba una mano que se hace con los billetes y desaparece rauda.
Han sido unos segundos, desconcertado se encuentra solo frente al cajero. Solo acierta a ver una cazadora blanca y una gorra verde que desaparece por la entrada del metro, el del escupitajo se esfumó. Grita llamando a la policía ante el desconcierto del resto de viandantes.
Mirela baja las escaleras corriendo mientras con una mano estruja los billetes dentro de sus vaqueros y con la otra se quita la gorra y estira la goma de su pelo dejando su media melena libre, se desliza rápidamente por delante de una mujer que acaba de introducir el billete en la ranura y se cuela por el torno escabulléndose ante la atónita mirada de la señora. Justo al girar en el pasillo se quita la cazadora volviéndola y liberando un torrente de color, guarda la gorra y recupera el paso tranquilo que la devuelve por debajo de la línea tornándose invisible de nuevo.
Ucin ya se encuentra en la salida del metro al otro lado de la plaza, cuando su hermana aparece tranquilamente. Los paseantes miran curiosos el tumulto que hay a lo lejos, donde unos policías hablan con un exasperado personaje que grita rabioso, los dos niños sin mirarse emprenden el camino a Ţară. Las manos unidas de nuevo en el bolsillo de la cazadora.
Mirela calcula mentalmente el recorrido mas corto que les llevara al videoclub, primero, y al "súper", después, donde comprara unas hamburguesas, queso, zumos, una lechuga, un paquete de pan de leche para el desayuno y café para que sus padres lo tomen por la mañana, aceite y lasaña congelada o quizás barritas de pescado... sí, serán barritas de pescado que tienen vitaminas para el crecimiento de su hermano. Es bueno comer sano.
Cuando cree que se han alejado lo suficiente, saca los billetes del bolsillo y los mira por primera vez...
¡Solo treinta euros!
Vaya con el tipo del traje...
La sonrisa de su hermano que ya piensa en el videojuego que alquilará, le hace pensar en como estirar aquellos euros... ¡Maldita crisis!
Jason Defman
Olot, 28 de Marzo 2009
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Foto del autor Jason
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Descripción

una historia urbana

Palabras Clave: hermanos crisis cario

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Relatos



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