Corta historia de desamor -3
Publicado en Oct 31, 2009
Prev
Next
Image
        Me pasee por los pasillos mirando la ropa interior femenina como si le fuera a comprar algo a mi mujer. Miré atrás y los guardias me seguían todavía, a lo mejor creían que era tan hueón que no me daba cuenta que los hueas me seguían hace rato, no sé si era por mi pinta o porque eran maricones buscando uno que les pasara el culo, fuera cual fuera la cosa tenía que disimular no mas, pero en una de esas les di una mirada fija, porque ya me tenían cabreado con el hueveo, pero se hicieron los hueónes y se quedaron conversando entre ellos como si no pasara nada, incluso uno le metió conversa a una promotora, como si alguien se fuera a creer que eran machos recios, pero con ese uniforme maraco de guardia a lo “macho-macho men” no les creería ni George Michael en una iglesia, y yo ni cagando iba a dejarme tan fácil, ya estaba más que viejo como para caer en la del “hueón que pillan los guardias justo”, así que seguí mi falso camino acercándome a la dichosa puerta tapada de carteles, mirando los calzones y sostenes y preguntando a la vendedora que tan solicita se acercó a mí por sostenes de “este tamaño” para mi esposa… claro que de tamaño de sostenes no tenía ni idea, a mi ex nunca le supe lo de la talla de sostén ni caché la onda esa, ni me importaba, en realidad, como a la mayoría de los hombres, dejaba ese asunto a ella, que yo me encargaba del tamaño XL de la parte delantera de mis calzoncillos…
         La vendedora hacia su parte trayéndome uno tras otro sostén o calzón, mientras yo aprovechaba de dar miradas furtivas a la entrada tapada de ese cartel donde una mina como de 30 y tantos mostraba sostenes marca “Calienta-bergas” con una cara de puta cara que te la mamas al tiro. Los hueas de guardias seguían su pega mirándome de lejos, en un momento el guatón se fue a un lado y el flaco se me acercó un poco mientras yo miraba un sostén.
- bonito, ¿o no? – me dijo el muy hueón. – mi esposa tiene uno igual.
         Entonces lo dejé a un lado como si la hueá tuviera lepra.
         La vendedora volvió a mi lado para saber si me convencía alguno, la verdad, le dije, como no sé bien la medida de la prenda, mejor me cercioro para no tener que venir a cambiar nada, pero estos me gustaron y creo que son de la medida…
         En realidad eran de la medida de las tetas de ella, no de las de mi ex. En realidad de pronto sí quería comprarle ropa interior así como calentona para que las estrenara conmigo, y ese conjunto rojo sangre me dejó loco. Con lo fetichista que me volvía con ella, hasta le quería comprar un látigo de cuero y un dildo…
- está bonito ese- dijo el guardia flaco.
- ¿le parece? – le dije altiro, marcando terreno con ese “le”.
- sí… ta caro igual. – dijo él.
- no, - le dije como si la plata me sobrara. – esto no es nada con lo que le he comprado antes…
- ¿aniversario?
         Puta el hueón metido.
         La vendedora nos miraba no más.
- no, un souvenir. – le dije sobrado. – nos vamos a Tahití por el fin de semana y quiero pasarla bien…
- ah... ya. – dijo el hueón sonriendo como que no quería creer.
- ya pues, Manolo, deje trabajar… - le alegó la vendedora.
- con su permiso, señor… - me dijo descaradamente el hueón corriéndose y mirando a la vendedora.
- ¿va a llevar alguna, o le guardo? – me dijo la vendedora.
- guárdeme esta. – le dije imaginándome a mijita con eso puesto…
         Cuando la vendedora se fue, me quedé un rato mas ahí tratando de imaginar cómo chucha iba a cumplir con mi misión…
         Estaba en esas cuando el dúo dinámico (Gordo-man y estúpido man) aparecieron de nuevo y traté de no pescarlos, era lo mejor. Ya tenía medio clara la hueá y este par de hueas se para uno a un lado, y el otro del otro, dejándome encerrado.
- ¿ya te vas? – me dijo el guatón con pinta de milico fracasado. El flaco se seguía riendo.
- ¿perdón? – le dije, siguiendo con mi papel de hueón de plata que no sabe pa onde va al micro.
- ¿Qué sí te vas? – repitió el guatón.
- mira – le dije – si me quieres amenazar ten la gentileza de ser más sutil, hueón.
- ¿así que el ladroncito culiao tiene plata? – dijo el flaco.
- ¿Qué no hay mas guardias en esta ordinariez de local? ¿O no les alcanzaba el presupuesto que tuvieron que sacar hueónes de la defensa civil?
         La sangre empezaba a subirme a la cabeza, y si esos hueónes no paraban el leseo, me iba a cabrear… Y eso no era lo que ellos querían…
- ya, anda saliendo, hueón, o te sacamos… - dictó el gordo como si fuera un sargento y yo un vil pelao recluta.
         Entonces percibí su olor a fritanga de esa que hacen en el mercado central. Ese olor a cebolla, ají de color y huevos con papas fritas…
- señor, tenga la gentileza de salir… - me dijo mas contenido el guatón.
         “¿Qué chucha le pasa a este hueón?” me dije. Porque aparte de manosear afanosamente lencería de la más cara imaginándome a mijita con ella puesta, no hacía nada más…
- ¿Por qué? – le pregunté manteniéndome en el papel del hueón con plata y ordinario. De esos que tratan a todos como empleados.
- señor - repitió el guatón – tenga la gentileza…
         Ese gesto mamón que hacen algunos para indicarle el camino, ni que yo fuera hueón pa no verlo.
- por las buenas... – dijo el flaco a mi izquierda sonriendo con esa sonrisa hueona como de milico prepotente...
         Lo miré. Lo primero que iba a ser era patearle las hueas, y luego un rodillazo en la cagá de nariz de mierda chueca que tenía. Al guatón le daría con la punta del zapato en la boca del estomago, con eso tendría, si no, le rompo la cabeza con un colgador de esos…      
- ¿qué les pasa, par de hueónes? – les dije, mirándolos firme a los dos.
- ¿Qué no escuchaste que tienes que salir? – me dijo el flaco acercándoseme.
- váyanse a la mierda, son guardias no mas, el par de picantes…
 
         Entonces el flaco me agarró por el brazo firme, su mano parecía un gancho, y el gordo se acercó corriendo. Entonces fue todo automático: le lancé una patada al guatón en las hueas, y luego le di un codazo al flaco en su cagá de nariz, haciéndole saltar sangre y mocos, y cuando me soltó, le partí la cara al guatón de otra patada, aprovechando que estaba agachado, y al flaco, le di una zarza de combos en la guata, dejándolo en el suelo.
         Todavía con la respiración exaltada me arreglé la ropa. Fue defensa propia, o echémosle la culpa a mi tío Félix por enseñarme “Pelea Callejera” en su gimnasio donde daba clases de karate-do…
         En esas estaba y aparecen dos guardias más.
         No sé porqué sonreí. Fue como de nervios, pero la verdad hace rato que quería patearle las hueas a alguien, y como me estaba yendo bien…
         Atrás venía un viejo, que tenía pinta de jefe, un tipo flaco de canas con un bigote de esos recortados a la antigua, dando voces de que pararan, de que lo dejaran pasar, entonces miré a los dos que tenía ya fuera de combate, y a los dos que se me venían encima.
- ¡Señor, por favor! – me decía.
         Los otros dos parecían no pescar ni cagando al viejo, así que me preparé.
- Juan, Gonzalo, tranquilos… - les ordenó a los guardias tratando de alcanzarlos con las manos, como un puto cura dando una bendición. Los guardias pararon, se miraron, y dudaron mientras miraban a sus amigos caídos.
- señor, perdón, señor… - me dijo el viejo. – lo sentimos, fue culpa de la maquina…
- ¿Qué maquina? – le dije.
- la grabadora, parecía igual al que nos robó la semana pasada…
- ah, claro… - le dije enojado…
- perdón, caballero, en serio, les dije a ellos que fueran cautos, que no estábamos seguros, además la vendedora ya dijo que no era ni parecido…
- me importa una mierda, este par de hueónes me atacó…
- sí, señor, perdón, ¿Cómo podremos…?
- ¿compensarme?- dije sonriendo.
         Había más de una forma.
Página 1 / 1
Foto del autor Darth Klauss Demon
Textos Publicados: 217
Miembro desde: Jul 05, 2009
0 Comentarios 351 Lecturas Favorito 0 veces
Descripción

Palabras Clave: pelea busquedas rabia beneficios.

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Relatos


Creditos: Klauss Demon

Derechos de Autor: 2009 Klauss Demon "prohibida su reproduccin


Comentarios (0)add comment
menos espacio | mas espacio

Para comentar debes estar registrado. Hazte miembro de Textale si no tienes una cuenta creada aun.

busy