Corta historia de desamor -2
Publicado en Oct 31, 2009
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           Encendí un cigarro mientras caía la tarde, helada como nunca, sobre la plomiza ciudad de Santiago.
         Mi vida parecía tomar un rumbo por lo demás extraño, y mis carnes aun se regocijaban al tibio amparo de los recuerdos de aquella noche y del cuerpo sedoso y morfínico de ella contra el mío.
         Comenzaría a llover en cualquier momento, y el café que había sacado de una maquina aun permanecía caliente entre mis manos mientras observaba la entrada a lo que fuera hasta hacía pocos meses un famoso teatro de variedades y que ahora pertenecía a una famosa congregación de lee-biblias fanáticos. De dónde sacaron ellos la cuantiosa cantidad de plata que pedían los antiguos dueños del local en tan poco tiempo era cosa de hacer unas preguntas por ahí y listo…
         El asunto que me llevaba a las cercanías del teatro que ahora se veía adornado por un lienzo azul cielo con letras doradas que dictaba “Iglesia del Cristo Vivo de los Guerreros Santos de David” no eran otras sino volver a seguir al huasito ese y pensar en la mejor de las estrategias para primero abordarlo y segundo ver cómo sacarlo del planeta. Aunque realmente no sabía aun si lo haría o no, ni siquiera por ella.
- Sí… en esa época todo era distinto… recuerdo que las mujeres eran mujeres y los hombres, hombres, no como ahora que uno no sabe si es macho o hembra el engendro que está parado en la esquina con minifalda… en esa época, hijo, sabías a donde apuntabas…
         Miré al viejo que había aparecido a mi lado con rareza.
- ese era el teatro Plaxxos, hijo, - me dijo apuntando a la ahora iglesia evangélica. – yo trabajé ahí muchos años, como músico, fue una época maravillosa, hijo, mujeres preciosas que eran verdaderas divas bailaban ahí, teníamos los mejores shows de Santiago, venían cantantes extranjeros que ni te imaginas ahora caminando por estas mismas calles, vino hasta Jerry Lewis a cantar con Dean Martin, fue una época maravillosa…
- ¿en serio que vino Dean Martin? – le pregunté escéptico.
- pero claro, pos hombre, los actores de joligú preferían venir a Chile que a Argentina en esa época, hijo… fue uno de los mejores chous que vi jamás… ah… que vida aquella… cuando llegabas tarde no podías entrar por la puerta principal, porque estaba repleto de gente esperando entrar, tenías que meterte por el lado del hotel, el Santiagos Plaxxos, hijo, de cinco estrellas, que quedaba justo atrás del teatro, por la calle Estado de Chile, era del mismo dueño, recuerdo que varias noches salíamos por ahí con los cabros y una que otra chiquilla pues.. – dijo riendo. – ah, era otra época… las mujeres bonitas preferían una noche de acción con un músico que con un actor, por esa época éramos bien cotizados nosotros, ahora tenemos que poco menos tocar en las micros y eso con raja, hijo, en esa época qué de mujeres no habré pisado, amigo… hembras que ni se imagina que puedan existir… ahora cualquier prostituta baila en los escenarios, en esa época no, hijo, en esa época tenías que ser cantante y actriz para recién pensar en subirte a un escenario… era algo de prestigio, las entradas eran caras y, claro, el ambiente era exclusivo, si hasta don Francisco venía a vernos… pero era otra época, hijo… ahora así como están las cosas, a uno con suerte le dan una moneda en la calle… 25 años tocando ahí… y por culpa de ese Allende y de los milicos culiaos se nos fue todo a las pailas… milicos culiaos… ahora es distinto, las camarillas que manejan la noche en esta ciudad de mierda… pero ese es otro cuento, hijo…
         Miré al viejo y le di el poco de café que me quedaba. Con todo eso que me había contado ya era suficiente, me dio las gracias y le pasé una luca por la información… tal vez mas adelante, si teníamos suerte, nos volvíamos a encontrar y me podría contar un par de cosillas mas por ahí, porque en todo caso la historia estaba bien buena.
         Crucé la calle en rojo y caminé hasta Estado de Chile, justo por detrás del templo de los fanáticos. Lo que quedaba del Hotel Plaxxos era ahora una multitienda famosa con mucha gente dando vueltas, promotoras de buenas piernas y cuerpos deseables, viejas con bolsas y cabros chicos disfrazados de a la moda de grandes, vendedores que iban y venían y un subterráneo para estacionar autos, música ambiental de esa que llega a hinchar las hueas y precios en ofertas pintados en carteles de colores con minas ligeras de ropa mostrando levemente las tetas. Me paseé tratando de adivinar donde estaba esa famosa puerta que conectaba al ex hotel con la iglesia de los locos, y me di cuenta que un par de guardias me seguían como si le hubieran puesto chocolate a mi trasero y ellos se lo quisieran comer. Lo más cercano que estuve de la famosa puerta era el departamento de lencería. Rico lugar para poner el departamento, justo donde estaba la famosa puerta que conectaba los dos lugares…
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Foto del autor Darth Klauss Demon
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Descripción

Palabras Clave: busquedas sexo asesinatos.

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Relatos


Creditos: Klauss Demon

Derechos de Autor: 2009 Klauss Demon "prohibida su reproduccin


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