Textale

Novela oscura y policial (1 parte)

Publicado en Oct 25, 2009

(está escrita en "chileno" consultas e insultos en mi blog)

El jefe Gorgory me habla en su oficina:
- mira hueón - con ese tono tan amable el culiao. - si fuera por mí no te traigo de vuelta a la pega, pero por alguna razón hueona del capitán te han sacado la suspensión y has güelto…
Tan amable el culiao, no atino a más que a sonreírme de sarcasmo.
- igual da gusto verlo, jefe, ¿algo más?
- no hueón, ándate con cuidao no mas hueón, mira que a la otra le digo al capitán que estas en hueás raras…
- gracias jefe…
Salgo de su oficina y voy a por un café a la sala de estar.
- que te ha dicho? – me pregunta el Gato, preocupado.
- nada, me echó la foca porque el capitán me reintegró… dijo que si fuera por él no me saca la sanción ni cagando…
- ya, tranquilo no mas, el jefe ta cagao, él no es quien toma las decisiones…
- se cree que porqué es más viejo es mejor que nosotros el culiao -dice de atrás el evangélico.
- ¿y tu como estai, Flanders? - le pregunto con cinismo, porque ni me importa como está.
- Ta cagao porqué su mujer no quiere darle hijos… - responde otro amigo, el Bocazas.
- pero si este hueón no infla ná… - dice riendo otro atrás del Bocazas.
El Flanders le echa la foca al par pero ninguno hace caso a eso. A mí me gustaría follarme a su mujer, que aparte de joven (19) está como pa peli 3x. Me sonrío bebiendo el café.

Fue anoche que me llamaron a reintegrarme, estaba en medio del mate cuando un hueón golpea mi puerta (la puerta de la casa de mi tía Eduvigis porqué la casa mía se fue con matrimonio y todo y he debido pedir asilo político para poder subsistir). El hueón era el Sargento al que llaman el Turco –porque vende y compra de todo como medio de subsistir con este sueldo de obreros que tenemos los polis de Chile y así mantener a sus dos mujeres y sus 3 hijos - y me dijo que me vistiera, que teníamos un caso. “Teníamos” sonaba a multitud, y le pregunté por mi sanción y dijo que el capitán lo ordenaba, y que si el capitán lo ordenaba el Mayor que me la tiró se jode no más. Me puse mi camisa y mi gabardina y salimos en su auto. Me fue contando lo del caso en el camino. Llovía esa tarde de finales de Junio y con su manejar de paco apurado llegamos a Estación Central en menos de 4 minutos sorteando el mal transito de esas horas. Habían robado una casa de cambio, una grande, se habían echado a los 4 guardias y no había huellas. Lo de siempre no más. Se llevaron los euros y algunas joyitas que guardaban en las cajas fuertes, y un par de maquinas cuentabilletes. Al frenar me encargué un café en el local que quedaba justo al frente de la masacre mientras el resto de la poli hacia lo suyo, preguntas y hueás, y volví al auto del Turco a mirar la escena de Tarantino. No quería entrar, de verdad me daba lo mismo eso y solo quería saber porqué el capitán de pronto me quería a mí ahí… ya se sabe, me había dicho el Turco, que por su -o sea mi- habilidad “especial” para estas cosas y esa onda. O sea que no era un simple 2-11 (o robo con homicidio). Debía ser onda x files o Fringe mezclado con lsd o satanismo… mi especialidad, según los críticos.

Estaba en medio del café, mirando mi pipa y a la gente del departamento haciendo lo suyo cuando llega el Jefe, el sargento a quien llamamos Gorgory, con su cara de choriado, echando la foca al Turco y parándose a metros del auto, mirándome.
- ya, po, hueón - me llamó tan amable - no viniste a descansar.

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