El fugitivo
Publicado en Oct 16, 2009
Prev
Next
Image

(Esta historia sucede entre el Episodio 3 y el 4 de Star Wars)
 
         “No lo hagas ahora” se dijo, empuñando las manos y recordando el sable de luz que colgaba, oculto, bajo su capa. Atrás suyo aquellos jovencitos seguían mofándose de la pregunta que les hiciera hacia pocos segundos atrás.
 - ¿Donde hay un hotel?
- en la otra esquina. -  Le había respondido uno de ellos riendo maliciosamente.
         No era necesario ser jedi para saber lo que sus ojos pequeños y vivos tramaban con los otros cuatro.
         Un extranjero no era cosa de todos los días. Y menos aun uno como él. “Presa fácil”, “Dinero real”, susurraban sus cabezas irresponsables.
-Gracias-
- que te jodan los del imperio, puto jedi. – le gritó entonces otro, aprovechando que él ya les había dado la espada.>>
         “No lo hagas ahora” se repitió sabiendo que no debía darles motivos para que lo denunciaran. Sacar su sable de luz y destazarlos sería sencillo. Pero con tantas personas en los alrededores, el brillo del sable de luz jedi era algo que seguramente no pasarían por alto.
         Entonces se volteó y les clavó una mirada que pareció traspasarlos.
         Hacia menos de dos meses Palpatine había convertido la República en el Imperio Sith y había puesto precios altísimos a las cabezas de los “afortunados” jedis que habían logrado huir de la matanza que había precedido al consejo jedi y a la caída de Skywalker. Cualquier denuncia que llevara a la detención de un jedi o un simpatizante del destruido consejo jedi sería amablemente compensado.
- ¿jedi han dicho? – la jovialidad y el tono burlesco de su voz estremeció a los jóvenes.
- eres uno de esos. – le dijo otro. – un traidor al imperio.
- ustedes nunca han visto a un jedi. – les dijo con una voz profunda que pareció traspasarlos. Hacia años que no necesitaba hacer aquel típico gesto jedi de mover la mano frente a quienes sugestionaba. “Cosas de padawan” decía a uno de ellos hacía un año atrás.
- no. –dijeron al unísono. - nunca hemos visto a un jedi.
- ustedes no han visto pasar a nadie extraño por acá. –volvió a decir.
- no hemos visto pasar a nadie extraño por acá. - dijeron al unísono los jóvenes.
         Él sonrió y volvió a retomar su camino.
         “Skywalkwer”, pensó al caminar por esa vereda de madera con un cierto sentimiento de ofuscación. Los acontecimientos de los terribles meses pasados aun le hacían querer haber sido capaz de hablarle al consejo sobre sus descubrimientos y planes. Pero ellos no le quisieron escuchar, en cambio, lo habían mandado en una misión diplomática sacándolo del mando de su batallón de clones de asalto. Peor para todos. Lo habían reprendido por usar sus habilidades tan temeraria e irresponsablemente como Skywalkwer, pero nadie podía decir que sus resultados eran, cuando menos, satisfactorios. Sin embargo, tanto él como otros maestros habían sentido el peligro venir desde el joven padawan de Kenobi. “Es inestable”, decían varios en sus conversaciones, sin embargo, nadie vio lo que estaba ocurriendo en el interior del intrépido aprendiz de Obi-wan Kenobi. En una ocasión se encontró con ambos, ellos salían desde el salón de consejos mientras él se dirigía en sentido contrario, solo. El rostro de ambos denotaba cierta ofuscación, mas el de Obi-wan, en comparación con el de su aprendiz, no mostraba gesto visible alguno.  El padawan, alto, cerca de dos metros de altura y caminar arrogante, al contrario, estaba totalmente contorsionado por la ira reprimida. Un gesto inusual en un jedi, mas aun, en un padawan. Él extendió sus sentidos hasta el padawan, y se encontró con una masa oscura retorciéndose en recuerdos dolorosos y ansias de aprender que estaban siendo inconsciente y peligrosamente reprimidas por una oscura idea propia. El padawan, de nombre Anakin, le miró con curiosidad al pasar, sin descubrir cuanto de él el maestro que pasaba había descubierto.
         Dolor. Ira. Ansias de poder. Sentimientos demasiado fuertes, e incontrolados.
 
 
*                 *                 *
 
 
         El desobedecer las órdenes directas del consejo tantas veces lo habían dejado fuera de la posibilidad de ser parte de él, como le había sucedido al maestro Qui-Gon Jin hacia años atrás. Pero ese no había sido todo el problema. El maestro Yoda sabía bien el cuidado que debían de guardar desde el día en que se descubrió que el poder de los sith crecía en las sombras, al amparo de la misma república. 
         Estar en el consejo de maestros jedis no era algo que a él le quitara el sueño. El hecho de haber estado lejos al momento en que sucedió la masacre de Coruscant y el no haber podido hacer nada mas que ocultarse y huir desde entonces, ocultar su identidad jedi y tener que usar el lado oscuro para tales propósitos no era algo que lo enorgulleciera. Pero el orgullo de nada le serviría si quería sobrevivir. 
 
         Un remolino enorme se agitaba en su cabeza aquella noche. Había extendido sin querer sus sentidos y había palpado el dolor que crecía en la galaxia. El miedo y la represión crecían a cada segundo en cada planeta, asteroide y luna habitable por la galaxia, tropas de asalto tomaban el control de sistemas completos, detenían y ejecutaban ipso-facto a cualquier ofensor al emperador y a su nuevo régimen, y la caza de jedis se había extendido sumando a sus filas no solo a las fuerzas militares, sino también a cazarecompensas, hutts, gangster y una nueva amenaza: Jedis oscuros, venidos de los confines de las galaxias desde donde aguardaban en silencio el llamado de su maestro Palpatine.
 
*                 *                 *
 
- Comandante, cierre todos los canales de comunicación, y pase a estado de alerta 345. – dijo apagando el monitor y dándole una mirada al susodicho bastante dura.
- sí, señor. – contestó obedientemente el clon, cerrando a la vez todos los canales posibles de comunicación de la nave con el resto de la flota extendida por la galaxia con un solo clic.
         “Esto es peor de lo que imaginé”, se dijo al palpar su sable láser bajo la capa y mirando a cada clon en el puente de mando con cierto asco. “Obediencia al 100%”, se dijo, “Pero no con los jedis”
- sitúe las naves en posición 2.34-43 parsecs luz. – ordenó nuevamente mirando al tapiz estelar. – velocidad luz 3.44 a mi orden.
- sí, señor. – repitió el clon dando a la vez las ordenes pertinentes.
         “Debo avisarle a los demás”, pensó al momento de teclear en forma veloz los códigos y de enviarlos por el canal seguro a sus partes.
- ¿Señor?
- Tranquilo, he sido yo. – le dijo al clon volviendo a sentir el peso de la espada en su cincho. – de la orden de partida. Naves 23 a la 25 al sector 5.332-434, el resto sigan a la nave nodriza al sector 00.435.98 – ordenó con tono frío.
         “Evidentemente los clones no son sabios. Solo siguen las ordenes. Mismas que los llevaran a estrellarse con soles nuevos al salir de la velocidad luz. “
- Comandante. – ordenó. – prepare mi nave para salir apenas salgamos de la velocidad luz.
- Si, señor.
- luego sigan el curso de la nave nodriza.
- sí, señor.
         Con ese movimiento se aseguraba el exterminio completo de al menos 2 quintas partes de la flota de clones, y su sobrevivencia a la masacre que Palpatine había planeado y llevado a cabo tan astutamente.
 
 
*                 *                 *
 
- Maestro.
         El llamado había recorrido toda la galaxia.
         Un llamado silente, atravesando mundos y sistemas completos. Y había sido respondido obedientemente.
         La altiva figura del maestro se plantó en medio de ellos, a un lado de la cálida fogata que abrigaba a los jóvenes aprendices.
- saludos.  –dijo con tono serio. Era común que fuera así de frío cuando las cosas que debía decir eran graves. Ellos lo sabían.
- dejémonos de esto y vayamos al grano: ya conocen la actual situación de la galaxia. – dijo mirándolos a todos con una mirada que los atravesaba. – ustedes, mas que jedis, son guerreros, mas que caballeros, son soldados. Los he entrenado a todos y cada uno desobedeciendo las normas del desaparecido consejo jedi, para un momento de crisis como este. Nunca les prometí honores de jedis, ni misiones de paz, ni nada de ello. A cada uno de ustedes los entrené a sabiendas que el consejo nunca lo permitiría. Ya fuera por su edad, por su condición particular o por estar fuera de los “parámetros aceptables” del consejo.
         Antiguamente, cuando la República era joven, un maestro podía tener tantos padawan como sus capacidades le permitieran, fue así como nos convertimos en los guardianes de la paz y el orden de la República, ahora extinta. He seguido esas mismas tradiciones y he expandido a través de ustedes los conocimientos que en mí han sido vertidos por mis maestros porque puedo ver a través suyo, conozco sus habilidades y desventajas mejor que ustedes mismos y sé cuan fuertes son y cuan capaces son para volverlos maestros, con sus propios aprendices y misiones. Hasta ahora, nos hemos mantenido alejados de las acciones visibles, como lo habían hecho los sith, pero el golpe ha sido dado, un sith se sienta ahora en el trono del imperio y sus secuaces persiguen y asesinan a jedis y a simpatizantes, en una cacería que no tiene parangón en la larga historia de la república.  Llegamos tarde a la historia, pero tal vez no era nuestro momento, y de haber estado ahí hubiéramos perecido inútilmente al igual que los hermanos caídos. Hoy, no ayer ni mañana, es nuestro tiempo. Por eso, ahora, no les llamo mas mis aprendices, sino mis hermanos. Somos un ejército en sí mismo, fuertes, capaces, alineados.  Debemos tomar ahora la decisión fatal: luchar contra ellos, unirnos a ellos, o perecer.
         Un silencio calmo llenó el ambiente.
         Los rostros de cada cual se miraban en un silencio lleno de palabras.
         La decisión había sido tomada al unísono, mente a mente, como una sola.
- lucharemos. – dijo uno, interpretando a todos.
         Una sonrisa brilló en el rostro de Dheamr Ylonelr
 
*                 *                 *
 
- no lograrás escapar. – le dijo el sith al verse vergonzosamente derrotado, con una mirada de tanto odio clavándole en sus ojos que le llegaban a molestar, sabiendo que nunca lograría hacer volver a su sable desde la mano del jedi que ahora se alzaba altivamente frente suyo, con ambas espadas de luz prestas a liquidarlo sin compasión. – de uno que mates se alzaran dos, de esos dos serán quince, hasta llegar a ti.
         El maestro cortó velozmente ambas extremidades superiores del sith con la zurda, donde sostenía la misma espada de aquel, con un grito de ira y alegría digna de su oponente.
         Este gritó desgarradoramente, demostrando tanto dolor como ira.
- eres un sith, debiera darte vergüenza. – le criticó el maestro, hablando con la dureza de un sith. – vencido por un jedi al que hace poco llamabas “inferior”. Creo que te ha quedado claro quien es el inferior, “aprendiz”. – terminó la frase con cierto desprecio que nació de su interior.
- mátame y acaba ya con tu viaje al lado oscuro. – dijo el sith de rostro azulado con una mirada de asco y determinación que haría temblar a cualquiera. Pero el Maestro ya conocía esa mirada. “Skywalker”...
- ¿lado oscuro?- respondió él con su tono burlesco. - ¿y que es el lado oscuro? ¿acaso ves luz y oscuridad? – dijo sonriendo. – no eres mas que un sith cegado por su propio orgullo. Escúchame, y vivirás: te dejaré ir para que le des este mensaje a tu maestro: Hay un ejército completo de nuevos jedis que acabaran con su juego imperial. Pagarán con sangre la muerte de los jedis. Existe la Línea Media. Ni  luz ni oscuridad. Ni sith ni jedi. Los estamos observando.
- ¡no puedes dejarme así! – gritó el sith.
- pues eso hago. Vive tu miseria.
- si me dejas ir volveré por ti, y mas fortalecido.
- dudo que Palpatine te deje vivir para ello.
         Entonces dio media vuelta y se desvaneció en la niebla.
         El sith sin brazos quedó helado: aquello era un poder que solo podía obtenerse a través del lado oscuro.
 
 
 
 
 
 
 
 
Página 1 / 1
Foto del autor Darth Klauss Demon
Textos Publicados: 217
Miembro desde: Jul 05, 2009
0 Comentarios 258 Lecturas Favorito 0 veces
Descripción

Este es un trabajo de hace aos...

Palabras Clave: jedi sith star wars

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Fanfictions


Creditos: Klauss Demon


Comentarios (0)add comment
menos espacio | mas espacio

Para comentar debes estar registrado. Hazte miembro de Textale si no tienes una cuenta creada aun.

busy