Fácil… ¿Quién dijo que sería fácil?, ¿quién dijo que no tendrías que poner de tu parte?, ¿a quién te encargas?, ¿en quién cae toda esa gran responsabilidad?, ¿es la edad adecuada?, ¿soy lo suficientemente madura como para asumir mi camino?, ¿podré?, ¿lo lograré?, ¿alguien me ayudará?, ¿qué será de mí?, tantas dudas rondando en mi cabeza, ¿qué debería hacer?, y sigo agregando más y más, siento mi cabeza y corazón explotar, me lleno de dudas e inseguridades, me mareo, todo comienza a dar vueltas, me aturden las voces, me dejo envolver por cada nota de guitarra que oigo del teléfono, ¿cómo puedo manejarlo?, ¿cómo podré manejarlo?, ¿podré manejarlo?, ¿es incluso manejable?, siento que cada una de mis palabras es un grito de auxilio, rasguñando mis paredes internas y externas con una gruesa frazada cubriéndome de pies a cabeza, me siento ahogada, sofocada, mi corazón late rápido y siento mi respiración acelerarse, mi visión se nubla, y caigo, caigo por mi propio peso, pero no duele, al fin lo logré, ya no duele, ya no siento, colapso, sé el por qué, pero, sigo sin sentir, es extrañamente cómodo, me reconforta, me libera, veo mi cuerpo, lo veo en el suelo, lo veo y me aterro, duele, pero se siente real, duele, pero me gusta, ¿fácil?, no necesito que lo sea, QUIERO QUE SEA REAL, porque yo lo soy, y no dejará de serlo a causa del dolor, ¿fácil?... No gracias, prefiero que sea real.
AMCC