Este invierno, pertenencia de sufrientes
no ha querido estar ausente en la poesía,
gime al viento remolino confundido,
la insondable sensación que se avecina.
Despojos de habitantes que en promesas
sólo han visto la sombra de la cima.
Saludos de los deudos que resignan su
dolor a la rutina.
El frío acobarda protagónicas búsquedas.
El tiempo acusa temblores en el alma.
Siempre será el invierno un sacrificio ritual,
un socavamiento en las entrañas de otra tierra
prometida, un soláz impostergable para restañar
heridas.
Pero este invierno se destaca en especial,
se diluye en la mediocre tempestad, ignorado
en su cautiva soledad.