Aquí estoy de nuevo, con mi ultimo recurso que es la escritura, nuevamente pienso que no hay cura, por ello abrazo la locura, esta parálisis que no es depresión o solo mi ambición, al ritmo de una canción, quiere llorar mi razón, sigo como si nada, por que nada soy, nada seré, la nobleza me acompaña, más fiel que mi soledad, me enorgullece este sentimiento, claro el de amar,  derrumbado por la premisa, de que amar no es sufrir, me falta aun un buen tramo, siendo intolerante al dolor que insignificante y ridículo me veo, al no aguantar un picoteo. Halagos ya me han hecho y eso que estoy desecho, que será de esas pobres almas, que realmente la pasan mal, poco me ha de interesar, de repente me invade la felicidad, del el día en que ya no he de estar.