Estamos en un mundo lleno de prejuicios, de personas ignorantes que no aceptan las opiniones y los pensamientos distintos a ellos. Cada vez que reprimimos nuestras ideas, nuestras emociones se siente un enorme vacío difícil de poder llenar, de poder recuperar. Yo decido vivir mi vida a como yo me acepto, no a como los demás me quieren etiquetar y aun así posiblemente me etiqueten como alguien rebelde, como alguien que esta mal, como que soy la loca que vive, canta, ríe, baila, piensa y razona. Pero yo, yo no le hago un daño a nadie, yo no quiero cumplir con los estándares y las perspectivas que tienen de mi los demás.
Yo soy libre de ser, de pensar y de hacer. Hoy me siento feliz, me siento yo misma sin culpabilidad, no me siento sola aunque de vez en cuando también es necesario.