A los veintidós aprendí la necesidad de encajar en una sociedad, sobre todo si requieres un empleo para subsistir, pues de ser rico, ¿qué importa lo que piensen los otros? Así que, a pesar de no creer en ninguna religión ni practicar ningún principio moral aceptado por la sociedad, debía parecer que creía fervientemente en ellos, hasta parecía que era un hombre educado. Lo más ignorantes (la mayoría) jamás hubieran imaginado mi yo real, sin embargo, una que otra persona con la que me topé en mi vida, notó que había algo “diferente” por no decir “malo” en mí. Las posibilidades rondaban mi cabeza, una vez leí que la realidad es imposible de imaginar, porque siempre que inventamos algo, lo hacemos con base en lo que ya existe, así que ¿cómo entender lo que jamás hemos visto? Había escuchado algo sobre universos paralelos, puede tener cierto sentido, pero siguen siendo ideas basadas en lo que conocemos. La belleza por ejemplo, el ser humano catalogado como “blanco” domina el mundo en cuanto al estándar de belleza, la heterosexualidad domina el mundo, ¿cómo sería un universo donde el ser humano catalogado como “negro” sea el estándar de belleza y donde el homosexual sea el dominante y miren con extrañeza una pareja heterosexual. Busco el sentido, aún no lo encuentro.