22.08.02
Sumido en tu belleza.
Afuera es un día glorioso, hay tempestad al igual que la que está en mi pensamiento, ahora estoy solo, escuchando música, suena una de esas que te hacen matar tus sentimientos, de esas que me seducen para matar todo buen pensar en mi mente y yo la admiro y le escucho con paciencia y es ahí donde nace esta vaga inspiración que nuevamente ocupara una página absurda de mi querer imaginatorio.
Me encuentro sumido en tu belleza, imaginariamente, inspirado en el pensamiento de aquella hermosura medieval que se ha mantenido viva en tu rostro a través de los tiempos.
Ahora estás a mi lado y mi corazón late con fuerza inspiradora, me gustaría entrar en tu corazón para que me refugies en la seguridad de ese mágico cariño que solo tú mi bella princesa me puedes dar.
Ahora disfruto de tu presencia, aquella de la que cualquiera se podría enamorar, cómo quisiera regalarte mi ser, para que tengas eternamente este cariño de poeta que nunca nadie más te podrá dar y si alguien algún día te hace sentir lo mismo que yo, ese será el día en que otro poeta errante encontró la hermosura de una princesa en el cuerpo de una bella mujer llamada Pamela, pero como yo no encontraras semejante.
Me sumo en tu cariño esperando que estas vagas palabras hayan hecho justicia a lo que tú, mi bella princesa, eres.