Y en el camino de querer ser, el hombre se da cuenta que es un ser inconcluso, un ser por hacer; sin poder llegar a ser nunca y siempre “infinito” en evolución.
Y el hombre respira aliviado, sonriendo se da cuenta de que es jarrón en manos de alfarero, todavía girando, a medio hacer y sin final, porque el alfarero en mi busca la perfección. Y yo, me he de conformar con el acercamiento que desde mi punto de vista objetivo de ser creado, pueda hacer, en querer describir a mi creador, pero siendo consiente que solo lo voy a poder describir, girando y girando sin poder fijar la vista en él. Y que él sólo está en el quererlo describir, pues tú lo intuyes, sabes certeramente que esta hay, pero la rapidez del giro del torno nunca te lo dejaran ver.
Él, sólo está, en el camino de querer describirlo. Tú no tienes fin, nunca te encontraras. Liberación para el hombre que se da cuenta que sólo es hombre por querer serlo, que solo en el camino hacia querer serlo, él esta y en él se “encuentra”. Que solo es camino sin final. Un siempre aprender, un siempre descubrir, una eterna felicidad, un hombre. Un ser humano.
Ahora amigo, hazte pequeño, súbete al torno del alfarero con migo y trepa por el jarrón hasta su mitad más o menos, yo voy contigo, no tengas miedo. Somos minúsculos y el jarrón se nos hace inmenso, pero después de unos días de escala continua, llegamos al centro del jarrón, justo por donde coloca sus manos el creador. Nos colocamos en un pequeñísimo surco de la arcilla, que gracias a nuestro tamaño, nos sirve de cobijo y protección. He de matizar que nos hemos subido con el torno girando, lo que lo hizo difícil, pero motivador. Ya estamos en el sitio, girando, a una velocidad desproporcionada para nuestro tamaño. Con el paso de los días logramos que nuestros ojos empiecen a adecuarse, poder ver lo que hay tanto en el propio jarrón, como fuera de él. Y logramos intuir las manos del creador, pero no las vemos, son eternamente grandes para poder ser vistas por nosotros, pero sabemos que están ahí.
Voy a pedirte un nuevo favor, hombre, ves nuestra precaria situación, ¿no? Metidos en una grieta, girando a mil por hora, y con las manos del creador encima. Se honesto y dime, te sientes objetivo como para poder querer describirte, primero a ti, que estas siendo moldeado ”ahora” y por tanto siempre a medio describir. Segundo, describir el jarrón, se antoja tarea imposible, nosotros en una grieta, tan pequeños. Pero bueno, con mucho tiempo, podemos intentar ir conociendo, dar nuestra visión del jarrón, compartirla y consensuarla.  Siempre sabiendo que el que sabe con certeza la verdadera descripción del jarrón es el Alfarero, que sabe para que lo hace. Ya que algo es más para lo que es, que lo que es. Nosotros nos limitaremos a comparar nuestras visiones y buscar un entendimiento que nos satisfaga a los dos. En tercer lugar queremos describir al Alfarero. Voy a resumir, por donde vamos, no nos sabemos describir, no sabemos describir, ni podemos describir la totalidad del jarrón, su esencia. No me atrevo a querer describir al alfarero, no sé tú pero lo veo una terea imposible, yo estoy siendo creado ahora mismo por él y me parece hablar antes de tiempo, como cuando te critican un trabajo inacabado que está a medio hacer,  la persona viene y te dice su opinión total, sobre algo que no es total, inacabado y tu respiras y dices, que le voy hacer. No, no me atrevo a hablar de él, no por no saber que esta, sino por respeto de reconocerme a medio hacer.
Como ves Amigo hombre, tanto él como nosotros (jarrón también), somos inabarcables, inconmensurables, eternamente camino por descubrir y en el camino el Ser. Que solo en el camino de buscarnos nos encontraremos y sólo en el camino de buscarlo, Él se encuentra. Pero no por no estar, sino por no poder ser descrito.
 
Pero esto que parece un, yo no tengo entonces nada que ver con esto, no me implica a mí, yo no puedo hacer nada. Me están haciendo sin contar con migo y sin siguiera darme cuenta. Sea ha de convertir, en justo lo contrario,  eres barro y muy maleable y has de tomar conciencia de ello, para dejar atrás los extremos, para reconocerte sin una verdad absoluta y desarmar de raíz el conflicto, completamente convencido que en tu verdad se encuentra la mía y viceversa. Que el paso del tiempo adecuara las verdades necesarias para una buena ética social… 
                                                          ...continuará…
Luis de los Reyes Mihalic Valdivia, hace años.