DE EMIGRANTE A AUTOEXILIADO
Publicado en Jul 03, 2020
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Dejar atrás el lugar de origen para vivir y adaptarse a otro país culturalmente distinto y con otro idioma, siempre se sufre y se siente un impacto psicológico y emocional por la pérdida de los lugares que construyeron todos los recuerdos de toda una vida, el pais, sus costumbres, sus tradiciones, su cultura, su familia, sus amigos y seres queridos. Todo esto llena el corazón y la mente del emigrante de nostalgia, estres, sentimiento de perdida de identidad, de miedo al fracaso y hasta de depresion, por todo lo que se ha dejado atrás y por la inseguridad ante lo desconocido. Y estos fueron precisamente los problemas y los obstáculos que yo tuve que enfrentar y vencer como emigrante en Los Estados Unidos de Norteamerica, donde he estado residiendo por los últimos cuarenta y siete años.
 
Yo provengo de una familia muy numerosa y pobre de la República Dominicana, pero mi madre y mi padre se esforzaron para que nunca nos faltara un plato de comida en la mesa y un lugar donde vivir. La casa donde vivíamos era muy pequeña, solo tenía dos cuartos de dormir, un baño, una cocina, una sala y un pequeño pórtico descubierto y abierto al frente de la casa, donde todos nos sentabamos a tomar aire fresco y a charlar. En esa casa residíamos mucha gente: mi padre, mi madre, algunos de mis hermanos y hermanas, nietos, sobrinos y sobrinas, y otras personas que llegaban como visitas a la casa y terminaban quedándose a vivir con nosotros por mucho tiempo y pasaban a ser ya parte de la familia. Pero a pesar de nuestra pobreza y a pesar de haber tantas gente viviendo en aquella casa tan pequeña, mis padres siempre se las arreglaban para que todos tuvieramos comida y un lugar donde dormir y vivir, y a pesar de nuestra pobreza eramos todos muy felices.
 
Sin embargo, cuando yo tenía unos doce años, mi padre falleció y como él era el principal proveedor de la familia, todos pasamos por un período de gran escasez económica y llegamos a pasar hasta hambre. Motivo por el cual, mi madre tomó la decisión de dejar a sus hijos e hijas más pequeños, incluyendome a mi, al cuidado de una de mis hermanas mayores, e inmigró a Puerto Rico en busca de un mejor futuro para ella y para nosotros. Una vez  allí, mi madre consiguió un empleo como cocinera en un restaurante, donde trabajó sin descanso dia y noche para enviarnos el dinero para el sustento de la familia, y despues de algunos años logró también sacar a todos sus hijos e hijas de la pobreza en que vivíamos en la República Dominicana y nos llevó a vivir con ella a Puerto Rico. Yo tenía unos veinte años de edad cuando fuí a Puerto Rico a vivir con ella y con mis demás hermanos y hermanas. Pero despues de unos cuantos meses de estar residiendo allí con mi familia, decidí emigrar solo a Los Estados Unidos, donde he permanecido residiendo por cuarenta y siete años y donde he tenido la oportunidad de aprender el idioma, trabajar, estudiar y cambiar mi vida y mi futuro. 
 
Sin embargo, lo más dificil y doloroso para mi fue tener que aceptar que despues de tantos años de haber dejado mi país atras para vivir en otros paises extraños, y despues de haber pasado por todas esas odiseas de haber vencido todos esos obstaculos, de aprender bien un nuevo idioma, obtener una buena preparación académica, conseguir buenos trabajos profesionales y haber adquirido ciertos conocimientos que me han permitido alcanzar y obtener ciertas comodidades economicas y materiales, ahora tengo que enfrentar la cruda realidad de que aquel pais tan amado y tan querido al que yo siempre he mantenido la esperanza y el deseo de regresar para vivir, constribuir y compartir mis logros y conocimientos, no es hoy ni la sombra de lo que fue en aquellos tempos de mi niñez y de mi adolescencia. Ya que aunque en aquellos tiempos había pobreza y desigualdades sociales, aún se podía vivir, salir a las calles, disfrutar y viajar por todo el país con toda tranquilidad y sin temor alguno a la delincuencia, crimenes, robos y asaltos. Además, en aquellos tiempos existía en todo el país cierto orden y valores sociales donde no existía el consumo de drogas con excepción del alcohol y el cigarillos, y donde había un alto sentido de comunidad entre la gente, las personas se ayudaban y se protegían unos con otros y los jovenes todos estudiabamos, trabajabamos, practicabamos algún deporte, haciamos ejercicios sanos y saludables, y nos preocupabamos por los problemas socio-politico y economico del pais, por lo que existía un muy bajo indice de delincuencia y criminalidad.
 
Pero desde hace ya muchos años, en la Republica Dominicana ha existido una clase politica-gobernante corrupta y ladrona que ha convertido y sumergido a mi amado país en un desorden social, politico y economico, porque se roba todos los bienes y recursos del estado, robandole a la misma vez, el derecho que tienen los ciudadanos al trabajo, a la educacion y a la salud. Y estas privaciones y carencias que tienen principalmente los jovenes de nuestro pais, llevan a muchos de ellos a delinquir y a tener que salir a las calles, tanto en las noches como a plena luz del dia, para con pistolas y revolveres en manos, asaltar a los demás ciudadanos en las calles y en sus hogares, robandole todas sus pertenencias como carteras, vehiculos, hojas, telefonos o cualquier otras cosas de valor, y matando o hiriendo fisicamente de gravedad a cualquier persona que se resista al robo, al asalto o al atraco. Por lo tanto, la mayoría de los ciudadanos dominicanos actualmente tienen temor de salir a las calles y tienen que vivir encerrados en sus casas para evitar ser victimas del crimen y de la delicuencia que existe y que reina en todas las calles y comunidades del país.
 
Pero peor aún, las drogas y el narcotrafico han invadido el país porque muchos politicos, altos militares, jueces y policias que son los llamados a establecer el orden en el país, actuan en complicidad con los narcotraficantes y delincuentes, quienes libremente hacen vidas sociales en el pais y se les permite hacer todos sus negocios ilicitos, hasta el punto de distribuir sus drogas en todo el pais y establecer puntos donde se venden estas drogas a plena luz del dia y en las noches, como si se tratara de negocios licitos. Lo que ha creado nuevos adictos y un aumento mayor en la delincuencia y en la criminalidad de todo el pais.
 
Por lo tanto, esta inestabilidad social y política, y la inseguridad ciudadana que existe actualmente en mi amado país, República Dominicana, me ha robado también a mi, la posibilidad de yo poder algún dia regresar a mi pais y a la tierra que me vió nacer. Lo que me convierte, a la misma vez, en un autoexiliado, despues de haber sido por muchos años un emigrante.
Pero como dice el refrán: « No hay mal que dure cien años ni cuerpo que lo resista » Por lo que yo espero que algún dia las cosas en mi país cambien para bien y asi poder yo regresar a mi terruño querido.   
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Foto del autor LUCIANO R. CORDERO
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ODISEAS DE UN EMIGRANTE

Palabras Clave: EMIGRANTE

Categoría: Artculos

Subcategoría: Poltica



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