Despues, cuando la tarde rojiza se llevo los pensamientos,
casi en la cúspide de todos los sueños
ví, sin mirar, el camino pedregoso y de suaves arenas
que se quedaba a orillas del sendero
un tanto cansado, un poco encorvado... 
 
De pronto el abrazo de la noche se llevo el ocaso,
y los versos como las estrellas a lo lejos, sin alcanzarlos...
y la Luna ahí, tan llena y orgullosa, callada entre el cantar de los Grillos,
me cogelo la prosa, me ilumino la osura melancolía...
 
 
Hojas al viento como pasos del día a día
escribiendo la historia que se diluye, llevándose poco a poco, la vida...
Casi al final, donde termina la colina, donde las espinas ya no hieren
porque son parte  del verso en esta poesía...
 
Allá voy al final del tiempo, luego de tanto callar por los caminos nuevos
quisiera volar y vuelo, porque de viejo retorno a los campos que son 
como lágrimas de rocio, donde la infancia como un tornado arranco
los bellos años, la pradera de aromas sinceros la niñez...
 
La noche mas oscura, ahora, ¡ socorredme señor !
que ya han pasado las horas, que grito y me ahogo sin voz...
sollozo en este inmenzo clamor que como las hojas al viento
van sin destino derramando un puñado de versos, al final del camino...