La visita
Publicado en May 17, 2020
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Cuando era pequeña recuerdo que mis padres y yo nos habíamos mudado hacia una casa lejana de la ciudad, la casa nueva estaba ubicada en un campo precioso que era interrumpida por una carretera poco transitada, de vez en cuando  pasaban camiones o uno que otro auto, y en frente de ésta vivía más gente, era una familia muy amable. Las casas no eran grandes pero los terrenos sí, tenía solo seis años recién cumplidos cuando eso pasó, nunca supe la razón en realidad; solo nos habíamos alejado y ya, además... Eramos solo una familia muy feliz con tres integrantes, no había muchos problemas con nosotros y las demás decisiones.
Al poco tiempo de mudarnos, mientras yo jugaba afuera de mi casa con Lucas(cinco años) y Michael (siete años) quienes eran "mis vecinos" (vivían al otro lado de la calle, mi madre prácticamente nos obligó a ser amigos) mi madre interrumpió llamándome junto con mi padre, le di un saludo a mis amigos antes de que se retiren para luego verlos cruzar y volverme hacia mis padres, mientras iba hacia ellos corriendo mi padre se inclino abriendo sus brazos, preparando para atraparme, como era de esperarse me abalancé hacia él y me cargo.
Me llevó adentro de la casa para almorzar, y mientras comiamos mis padres interrumpieron el almuerzo diciéndome que iba a tener un hermanito, me alegre, iba a ser hermana mayor. Durante los días y las noches debido a mi ansiedad no paraba de preguntar por el bebé y cuando llegaría a casa; a lo que mis padres siempre respondían "Pronto".
Estaba impaciente y los meses pasaron increíblemente lentos, pero notaba que el vientre de mi madre estaba cada vez más grande; hasta que finalmente una tarde mi madre estaba alterada y mi padre andaba de un lado a otro, buscando bolsos, llaves, ropa y demás cosas. No sabía que pasaba, recuerdo que querían llevarme con mi abuela pero yo no quería, y les hice un berrinche muy escandaloso  para poder quedarme con ellos. Para evitar más retrasos  mi padre me dejó quedarme con ellos, fuimos al hospital y nos separaron de mi madre. Mi abuela también estaba ahí y creía que me quería llevar con ella, pero no fue así. Mi padre se había ido donde mi madre aparentemente y mi abuela se quedó en el pasillo del hospital conmigo, esperando a recibir noticias de ella; mi abuela me platicaba sobre lo que era tener un hermanito, que debía cuidarlo, que debía atenderlo y demás, estaba encantada con esas ideas. Mi padre salió más tarde de la sala y nos llamó, fuimos y ahí estaba mi madre sonriente cargando a mi hermano, Marcus. Recuerdo que pensé "Cielos... que nombre tan feo para un bebé", le hicimos compañía a mi mamá ese día, y mi abuela terminó por llevarme a su casa hasta que mi madre saliera del hospital, mi padre se quedó con ella.
Pasaron aproximadamente dos semanas y ya estabamos de vuelta en casa con mi hermanito, mi madre y mi padre. Ahora eramos cuatro...
 
Los primeros meses no fueron como yo creía, mi hermano lloraba mucho y era consentido más por mi madre, mi padre trataba de prestarme atención pero aveces todo era para él, me fui acostumbrando con el tiempo a los llantos y a la falta de atención, sabía que él era un bebé y mi abuela dijo que pasaría, aunque me sentía muy celosa... Nunca fui capaz de demostrarlo, estaban realmente ocupados para notarlo.
 
Pasaron cuatro años desde que mi hermano nació, claro ya estábamos grandes, pero aun así jugabamos. Me convertí en su protectora, lo defendía de mis padres y siempre estabamos jugando afuera o con los vecinos, la familia del frente había tenido un hijo también, Marcus se llevaba mejor con él ya que solo se llevaban un año. Cielos, eramos tan felices...
 
Pero un día ocurrió algo que jamás imaginó nadie... Estábamos jugando en la casa del frente con nuestros amigos y nos llamaron para el almuerzo. Nos despedimos de nuestros amigos y le propuse a Marcus hacer una carrera para ver quién llegaba más rápido a casa, fue un gran error. Le di ventaja por ser más pequeño y él corrió con toda gana, sin fijarse la carretera...
Mientras me preparaba para comenzar a correr se me dió por mirar la carretera... Un camión de carga se aproximaba con gran rapidez, vi a Marcus estando tan cerca de la calle y mi corazón empezó a acelerarse, y por impulso empecé a correr con rapidez, mirando el camión de a momentos. Comencé a llamarlo pero no quería oirme, solo quería ganar, veía al camión más cerca y creía que no llegaría a tocar a mi pequeño hermano... Pero desgraciadamente cuando Marcus avanzó por la carretera queriendo cruzar más rápido que el camión éste lo llevó por delante, acabando con su vida. Presencie el momento del choque, había empujado a Marcus hacia la orilla del lado contrario de la calle, corría como nunca antes para llegar a él y ni bien estuve cerca me tiré junto a él, agarrándolo en mis brazos y abrazándolo mientras lo llamaba, tratando de que reaccione, tenía esperanza... Pero estaba muerto. Grite con fuerza para llamar la atención de mis padres quienes de inmediato me oyeron junto con los vecinos; mis padres quedaron helados y solo mi padre logró reaccionar e ir hacia donde estaba, el camion estaba parado pero el conductor no bajaba.
Después de eso no recuerdo nada más, solo que... pasaron dos meses y mi familia obviamente no era la misma.
¿Cómo pude dejar que eso pase? Se suponía que yo lo atendería, que yo lo cuidaría, él era mi responsabilidad... Y un estúpido juego me lo arrebató...
Al llegar al año comenzaba a despertarme en las madrugadas, a las 4 am y no lograba dormir más, solo miraba por la ventana de mi habitación que daba a la mismísima carretera; y sin superarlo dejaba caer unas cuantas lágrimas. Un día pasó algo completamente inesperado, me desperté a esa hora, miré por la ventana a punto de llorar y ahí estaba él, mi pequeño Marcus, corriendo hacia casa... No me lo creía, me levante con gran rapidez y fui a la puerta principal de mi casa, la abrí pero así mismo se desvaneció, ya no estaba. Aun así salí afuera y me quedé viendo la carretera, esperando a que aparezca. No quería decirselo a mis padres, apenas lograban no pensarlo tanto.
Ésto siguió sucediendo cada día, y cada vez Marcus estaba más cerca de casa. Yo solo lo admiraba y abría la puerta con la esperanza de que no se desvaneciera y llegue a mis brazos.
Una madrugada Marcus ya no estaba en la carretera, abrí la puerta y camine unos pasos fuera de la casa... Luego oí un susurro... "Hermanita"...
Me quedé helada y en blanco, no logré moverme en ese momento, pero reaccione rápido y me voltee... Marcus ya estaba en casa, quise ir a abrazarlo... Se veía tan real, pero ni bien crucé la puerta se había ido de nuevo.
Pasaron los meses y esta vez lograba dormir de la noche hasta la mañana, se oían ruidos en la habitación de Marcus y mis padres revisaban muy pocas veces, pero no encontraban más que juguetes fuera de lugar, ellos ya estaban fuera de si, no le veían lo extraño. Una mañana decidí quedarme despierta hasta las 4am, me resultó difícil, pero gracias a la televisión el tiempo avanzó rápido.
 
Siendo ya la hora decidí ir a la habitación de Marcus, y ahí lo vi... Estaba jugando como cuando era más pequeño, unas lágrimas cayeron de mi rostro sin que me de cuenta, y él se volteó a verme... Me quedé helada nuevamente.
Caminé inconsciente unos pasos hacia él y me incliné para verlo mejor, me sonrió con tranquilidad, le devolví la sonrisa secando mis lágrimas, me invitó a jugar como si nada, extrañaba eso de él y cedí...
Y así han sido mis madrugadas desde hace ya cinco años, me despierto y voy a jugar con mi pequeño Marcus. Mis padres se niegan a sus apariciones, pero yo se que él está ahí, me habla y le hablo... Aveces no logra entrar adentro, así que jugamos afuera.
No se quiere ir y yo no quiero que se vaya.

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Foto del autor Sara Daz
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Miembro desde: May 17, 2020
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Descripción

Palabras Clave: Carretera vecinos

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Relatos


Creditos: SaraDA

Derechos de Autor: SaraDA


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