La piel refugia ansiedades, vertientes
de una lágrima que núnca dejó de sentirse ajena,
ventarrones de un suspiro que secaron
la humedad de una pena.
La piel archiva impresiones, huellas de labios
que devoraron la calma, restos de angustia
celebrando el naufragio del alma.
La piel sostiene verdades, razones de un tiempo
encallado admitiendo derrotas, rumores de un angel
anclado en lamentos de sus alas rotas.
La piel desnuda intenciones, tirita en rocío
su ausencia de magia en encuentros furtivos,
incita a las manos festín de caricias,
temblor de motivos
 
Jorge Dossi - 1990