En tus fortalecidas manos cabe un corazón
astillado que aprendió de memoria sus libretos
de amor.
No estoy para ensayar los actos que vivimos
ni para alzar las prendas de la ternura desplomada.
Soy nutriente del dolor que germina en la pasión de
nombres desvastados por tesones y palabras.
No estoy para vibrar con la lluvia y releer a Girondo
entre un mate bienvenido y tu pulso restaurado.
Prefiero aparentar. Hacer de cuenta que partiste a
inspeccionar azoteas, a espiar el amor de los otros,
virtual aprendizaje que este tiempo de perfectas
devociones no perdona.
Si por casualidad se te ocurre volver, ya sabes donde
encontrarme. No será terminando esta poesía, junto a un
coctel de estimulantes, o en el cafe que te gusta con una
flor en el ojal.
Te regalo la duda y estas palabras cautivas.
Estoy para una incierta sorpresa de horoscopo, para un
tibio relajamiento del alma.
En mis encendidas manos cabe tu corazón astillado que
aprendió de memoria mis libretos de amor.
 
Jorge Dossi - 15-7-1990