Ahí estás tú tan intocable y prepotente comiendo de un plato en el cual ni migajas quedan, si solo hubieses tenido la delicadeza de escuchar el grito callado de un alma que se ahoga entre la miseria de los que tienen, en busca de una salida...la felicidad? Arma que te destrulle y la profezas aún cuando no sabes servirte de su poder. Qué me dices de ser simple? De vibrar al escuchar que sólo el sonido de las olas te hace feliz. Qué me dices de una vida en la cual el oro del universo no opaque tus ganas de vivir? Te escucho y no dices nada, mientras en mi silencio lo digo todo. Pueden inundarse tus ojos como ríos delirantes llenos de furia, de amor, de insatisfacción, rencor, pero nunca podrá mi mirar asfixiarte en mi desespero. A caso he sido tan cruel para merecer tu castigo?
Son preguntas que me hago bañado en la soledad, menosprecio, sientes que tienes el mundo y nada te pertenece, sientes que lo tienes todo y la vida te entristece.
Entonces, porqué me echas en cara el reflejo de tu debilidad? Son más preguntas que respuestas, sólo el tiempo responderá.