Es lo que quisiera en muchas ocasiones, escapar de tantas cosas, de situaciones, de gente, de momentos, de sentimientos, pero eso no sucede, todo sigue igual, nada cambia, todo está donde debe estar…ese fue por muchos años mi pensamiento, mi deseo, pero nunca hubo cambio alguno.
 
He cargado un miedo por muchos años, siempre he sido temerosa, sé que no nací con eso, simplemente lo aprendí de quien fuera mi cuidador, temía su regreso, temía sus acciones, sus reacciones, temía que mis acciones nunca fueran de su agrado, temía no llegar a ser lo que quería.  Solo hasta ahora estoy dándome cuenta que nunca fue temor en mí, fue temor sobre lo que el otro quería de mí, nunca hubo aceptación sobre lo que era realmente, jamás hubo afecto sobre mí, nunca hubo amor.  
 
El miedo aún sigue, sin embargo, ya no como antes, ya ha desaparecido gran parte de ese temor, ya no hay temor sobre lo que no pueda ser o hacer para que otro me acepte, ya soy yo sin un montón de miedo.
 
Aún sigo luchando por creer cada día más en mí, más en lo que puedo hacer y ser, ahora disfruto cada triunfo propio, cada derrota simple, ya me siento más valiente, menos cobarde.