13. Mis drogas.
Publicado en May 14, 2019
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¡Por la puta Mierda! ¿Qué demonios hice con mi vida? Acabo de despertar de un largo viaje, de una pesadilla de viaje. ¡Qué dolor Dios santo! acabo de despertar con el frío del sereno matutino en esta ciudad del valle central, descalzo con pantalones cortos y un suéter plomo, huelo a demonios, pelo largo, barba y cara sucia, tengo llagas en los pies tanto caminar, estoy cediendo y hambriento, han de ser unas dos semanas que no como ni bebo líquido alguno que no sea alcohol del fuerte y barato. Que desgracia, he perdido toda mi vida en la calle y en excesos, es como verse así mismo y no reconocerse, el espejo retrovisor de este auto debe estar mintiendo y todo esto es una pesadilla. No tengo recuerdo agradable alguno en toda una vida, en mi bolsillo tengo una pipa con algo de pasta base, fuera está mierda, ¿cuándo elegí vivir así? Esto fue por seguir filosofías baratas y no hacer caso a quienes querían guiar mi vida, seguí lo peores consejos y ahora no sé por dónde comenzar a construir a una persona totalmente destruida, quizá el suicidio sea una salida rápida y por lo visto cómoda. Pero ese no es mi estilo. Que desperdicio de vida ya soy un viejo decrépito y no hay luz en el horizonte. Me he sentado en esta banca a ver qué puedo hacer, si no me equivoco en un mes podría estar de nuevo en pie, sólo necesito un trabajo, pero si jamás he trabajado que podré hacer, lo único que sé es mendigar y eso no da para arrendar una habitación siquiera. Ya no recuerdo que es comer en una mesa, dormir en una cama, siempre fui de elegir la aventura antes de la rutina, pero lo único que elegí fue un tipo rutina que destrozó todos los años que me quedarán por delante, he estado en la cárcel, tengo varios huesos rotos y cicatrices por todo el cuerpo, mis peleas se resolvían a cuchillo. Quizá pueda construir una pequeña casa lejos de todo en donde nadie me moleste y de donde pueda escapar de estos vicios que han podrido mi alma y cuerpo, soy sólo pellejos y huesos. ¿Cuándo fue la última vez que besé a una linda mujer? Han de ser unos cincuenta años atrás, podrido, podrido, podrido, podrido, esa es la palabra correcta que puede describir mi estado actual. Mi mente en ideas de delincuencia y odio hacia todo y todos, aquí sentado me doy cuenta de lo ciego que puede ser uno al creer tener la razón en ciertos ideales que no son más que la navaja que corta de apoco las venas de las existencia. Hace años que no escribía algo, siempre me ha gustado leer, en el frío de la calle igual lo hago y ahora sin darme cuenta me he podido percatar de que soy parte de una historia la cual ahora ha llegado a su fin, quizá algún día encuentre a un escritor que de vida a todo lo que he pasado. De momento sólo quiero un lugar tranquilo donde morir en paz lejos de toda esta mierda. Iré donde el Pato ese viejo siempre me ha dado buenos ánimos, él antes vivía en la calle y es mayor que yo unos 20 años, él me contó acerca de este despertar, lo llama “la meada de perro en la cara en medio de la oscuridad” siempre estaba diciendo que iba a suceder, ahora  tiene un pequeño huerto y vive en comunidad, ya saben siembra su marihuana y hace su propio trago, cultiva alimentos y vive de la paz, cosas basura siempre había  pensado de todo ello, ahora me parece una bella forma de vivir, siento que algo va naciendo en mí, es como si una semilla estuviese germinando en mi pecho, al parecer en mi interior se estaba gestando esto desde hace mucho tiempo. Es una mañana fría. Ojalá el Pato me ayude, siempre dijo que lo iba hacer, -es sólo querer cambiar y la vida se abre paso a nuevas bellas cosas siempre me dice- cuando le pido alguna moneda con la promesa de que iba ir a trabajar a su huerto, bueno ahora voy a trabajar y expulsar todo este veneno de mi cuerpo, este despertar es Dios mismo hablándome, es él al que entregó mi nuevo camino, quiero su luz, ya estuve mucho tiempo en las tinieblas y mi perdición está a un pipazo más, justo el pipazo que tire lejos hace unos momentos atrás, siempre dije que moriría con las botas puestas, pero esto ya no es para mí, no es para nadie, el hambre, el frío, el dolor, la tristeza, la agonía, males del hombre que se multiplican conforme  los vicios de las malas juntas se van apoderando de uno y si uno tiene una voluntad débil, prácticamente  cava uno su propia tumba, sólo espero que el viejo Pato me ayude, necesito tanto una mano en este momento, pero no una mano que me dé limosna si no una que me levanté. Dios mío limpia mi ser te lo ruego de rodillas.
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Foto del autor Jonathan Ibarra Luman
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13. Mis drogas.

Palabras Clave: 13. Mis drogas.

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Relatos



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