14.03.19
Es una tarde oscura sin duda, afuera llueve como si a los serafines que rodean el trono de Dios les hubiesen dado el día libre y ahora se dedicarán a tirar baldes de agua sobre las casas de este, perdido de la sociedad, pueblito costero. Me estiró sobre la cama de la habitación para pensar, ya que no se puede trabajar en la mar en un día así, lentamente las paredes verde claro se transforman en un océano bravo de agua que escurre por todas las paredes las cuales impiden que la casa se ahogué, es como el vivir en una ilusión. No me muevo estoy estático, pronto bellos recuerdos de infancia adquieren forma y al igual que un cine se reproducen las escenas en el agua, ahí estoy jugando con mi padre cuando tenía 13 años, que bello.Más adelante mi primer beso a Juani, la más linda de la cuadra de atrás, las aguas suben hasta cubrir mi cuerpo, es cálida, como el abrazo de una madre, como el cariño de una persona que en su corazón guarda mucho amor, como el cuerpo de mi mujer Fanny.Las aguas bajan y ya la tarde da la bienvenida a la noche, las paredes están secas y sólo se ven los cuadros pintados por mi abuelo, él una vez me dijo; En mis cuadros hay magia… no lo olvides Janito.