SOBRE PACTOS DE SANGRE
  
                                               A Alejandro Dolina
  

...Dicen que en Buenos Aires, en una época no muy lejana proliferaron los pactos de sangre y esto, jamás fue desmentido por los estudios avanzados de la mitología porteña. Por el contrario, la especie pareció afirmarse a través de relatos, confesiones y trascendidos que en definitiva terminaron por equilibrar la balanza para conformar a refutadores y apologistas.
   Estos pactos, -aseguran los estudiosos-, perseguían sellar compromisos que se asumían plenos de amistad, amor o heroísmo y conllevaban un proyecto ligado a los sentimientos como una forma de superar el reinado de la razón en la eterna exploración de la aventura humana.
   Han llegado a nuestras manos reseñas de investigadores que a fuerza de sufrir temores y amenazas no vacilaron en incursionar en el territorio donde tales pactos se llevaron a cabo. Una de ellas, ubica un pacto celebrado entre un hombre y una mujer en el puente de la estación Borges del Ferrocarril Mitre, una noche de invierno del año 1959. Se habían citado para pactarse que a pesar de la imposibilidad de escapar juntos para vivir su amor plenamente y sin cuestionamientos, se encontrarían todos los jueves de cada mes impar en dicho lugar para someterse a la prueba de ver aferrados sus sentimientos al juramento que se habían hecho.
   Los pactos de amor no siempre se instrumentaban con sangre pues muchos amantes creían que el fluido garantizaba una solemnidad que de no ser respetada los condenaría al mismo infierno. En el fondo, esa actitud demostraba una falta de convicción en la efectividad y destino del pacto.
   Lo cierto es que el amor convivió con el crecimiento de esta modalidad hasta que la evolución de las relaciones humanas fue creando nuevas adaptaciones al medio y los pactos fueron resignando el protagonismo que antaño despertaron en los amantes dispuestos a todo.
   Otros pactos de sangre trascendieron a fuerza de interpretaciones que luego, tanto refutadotes como apologistas se encargaron de hacer suyas para el deleite de los curiosos y aún de cierta fauna intelectual
   Un ejemplo lo encontramos en el exilio de Perón y su opción entre la sangre y el tiempo. Hay quienes atribuyen al General, un pacto con el mismísimo Satanás para ahondar las contradicciones en el seno de la sociedad argentina y aseguran que Perón violó el pacto al evitar un derramamiento de sangre en 1955 cuando partió al exilio.
   No hay una certeza que permita comprobar hasta que punto tales pactos no pasaron de ser una referencia literaria, pero es digno de resaltar como duda existencial el carácter solitario que los estudiosos le asignaron.
   Así también crecieron los mitos de Gardel y Discepolo quienes a su turno pactaron su trascendencia porque su tiempo no los comprendió. Sarmiento pactó sobre la sangre gaucha el mantenimiento de su crucial antinomia: civilización o barbarie, para que las futuras generaciones no abrigaran dudas sobre la fuerza de este pacto casi fundacional en la génesis de nuestros enfrentamientos.
   Y así podríamos enumerar varios pactos para finalmente abordar un análisis con los elementos que hoy tenemos a nuestro alcance. Se nos dirá que el lirismo, el romanticismo y las epopeyas son términos que solo atesoran las páginas de la literatura fantástica y no porque se trate de ese género, sino por el contrario, considerando fantástico el hecho de sostener dichos términos en tanto referencias emotivas del arte y la creación.
   Hoy parece que los pactos no son coherentes con la sangre y hay razones que estimulan ese divorcio pues la historia reciente, enrojecida por los desencuentros pugna por solicitar un auxilio impostergable. Y tanto en el amor como en la política los tiempos cambian y lo que parecía imposible ligarse hoy tiende a reflexionarse por una simple cuestión de subsistencia.
   Los estudiosos afirman que transitamos espacios de tolerancia, que debemos armonizar los criterios que sustentamos, que esta etapa debe enriquecerse con el encuentro de los hombres, que hay que preservar la capacidad crítica.
   Todo encajaría perfectamente si no fuera por esa porción de espíritus perversos que han trabajado para desvirtuar la esencia de los pactos y ahí donde la sangre de un pueblo se regó para pactar su grandeza, ellos la manipularon conscientes y convencidos de que sólo así podían imponer su proyecto de muerte y destrucción
Jorge Dossi -  24-05-1989