La luz ya viene (para restituir) Parte INo opuse resistencia. Simplemente me apagué. Cuando me agarró fuerte con sus manos, desterró mis raíces y la luz que se encontraba entre mis pétalos, solamente se difuminó. Recuerdo que, cuando besaba mi cuello, también me susurraba al oído lo buen chico que era por jugar con él. Y sentí cuando mi cuerpo se rompía como vasija arrojada al viento. Sentí que me descosía lenta y dolorosamente. Cuánto daño ya me ha hecho.Algunas veces quiero coger todos eso recuerdos que se proyectan incesantes en mi mente. Ya no puedo contenerlos en esta vasija. Porque sirve para contener y vaciar el agua, no para guardar el dolor.Me deshojo, asaltó, me rompió... qué más queda de mí.Antes me quedaba apreciando el horizonte. Me encontraba vacío, inerte, contemplando como el sol se fusionaba con el cielo y desprendía colores aterciopelados que no volvería a apreciar si seguía acariciando el dolor, guardando silencio.