Corazón de cristalSe fue desgarrando de mí como última bocanada de aire antes de sumergirse en lo desconocido, bajo una marea que solo lo llevaría lejos de mi lado.Ya que lo tengo solo en mis recuerdos, esa memoria remota que lo trae de vez en cuando, siento que todo viene a mí en un rayo que ruge entre los cielos. Y no cae más de dos veces en el mismo lugar. Quizá estaba destinado a suceder, ¿o acaso todo pasa por alguna razón?Entonces, lo lleve conmigo entre las mangas, resguardado de toda la luz que pudiese dañarlo. Y escuche los latidos incesantes que se esfumaron, totalmente sumergido en el dolor. Ya no me calza la razón del corazón.Quisiera un último apapacho de los recuerdos que retengo con recelo, pero ahora, cuando los veo flotar como livianos pajarillos entre las nubes, me siento más ligero.Ya que me he concedido colores en libertad, me despido de todo el daño ocasionado y emerjo en espiral, trasformando.