Desde una pequeña abertura además de sonidos extraños, rayos penetrantes de luz plateada iluminaban todo se entorno. Él, observaba y meditaba... pensaba lo que podría hacer, imaginaba la vida que lograría, si tan solo se le brindara una oportunidad, pensaba esta vez lo haría bien, llegar a construir recuerdos felices que al ser invocados se manifestaran por medio de sonrisas, dibujadas en los rostros de aquellos. A la par susurrándole resonaban murmullos en sus cienes, acaso son voces? que otra cosa podría llegar a ser, es esto real? o producto de la falta de aire, consecuencia del aislamiento al cual se le había condenado, un destierro vigilando por figuras oscuras que con su sola presencia erizan al más valiente de los hombres. Son voces tristes, enojadas, confundidas, alegres que a criterio de cualquiera podrían llamarse locura.
De repente el brillo se volvió cegador, un silencio ensordecedor estremeció su ser, había cruzado, había llegado a otra dimensión, ¿Qué es esta sensación? Es tan, lo interrumpe una voz en su cabeza y le dice… desconocido; la frecuencia de energía que se maneja en este plano me hace daño (pensaba para sí) creo que esta sensación es un sentimiento es imposible al menos para mí. A lo lejos observa figuras con aspecto humanoide, que conocía por historias relatadas por sus ancestros. Será divertido debo emprender este viaje, debo enfrentar, quiero vivir, deseo sentir; y con todas las fuerzas que le quedaban, sella el portal dimensional concluyendo una transportación exitosa.
Cuanta fata me haces viejo amigo, se repetia, recordando la silueta, su textura, el poder que emanaba cuando lo utilizaba y la protección cálida que le otorgaba, prometo encontrarte así sea lo último que haga ! . . .