Paralizado (Parte II)El firmamento se ha quebrantado ante nuestros ojos y aunque ya no tengo miedo a ceder, a caer desde lo alto, en la distancia te invito para venir a coger mi mano, decirme que todo estará bien. Quizá ya no pueda creerte ni las plegarias, pero qué más da, esta es la fantasía que emerge cuando los pensamientos se me van desquebrajando y nada tiene sentido, solo la finitud.Miro hacia el fondo, la profundidad de mi cuerpo que se siente atraído por el abismo, y aunque el viento sopla suave dentro de la mente, sé que debo esquivar la mirada. Me siento cegado y confundido.Hay sombras que juguetean, que coquetean en el interludio de la oscuridad y, pese a que trato de abrazarla para mi consuelo, esta se desvanece al contacto.Y qué hay más allá de la cortina de humo, de la ceguera que mis ojos voluntariosos han elegido por felicidad. ¿O acaso mis sentidos yacen dormidos? Porque prefiero quedarme aquí quietito, sentado y contemplando el abismo que se avecina.