Sin dubitarlo un momento me atrevo a asegurar que uno de los temas mas delicados y espinosos de tratar es el de la homosexualidad, ya que suele herir susceptibilidades como ningún otro asunto.
Traigo esto a colación, porque en días pasados fui testigo de una discusión donde un paisano, haciendo gala de un nutrido repertorio de palabras soeces y procaces, colgado del particular acento de los de mi terruño con voseo y demás,  despotricaba de manera poco ortodoxa contra los homosexuales, discusión en la cual uno de sus participantes indignado, declaro su condición gay, lo cual provoco primero un silencio sepulcral y luego un patético coro que gritaba  - ¡marico, maricon! - y otros improperios al sujeto en cuestión  mientras montaba en su auto para retirarse del lugar.
Al regresar la calma y terminar los obligados comentarios de los parroquianos,  estuve reflexionando sobre lo acaecido, en particular sobre la sorpresiva e inesperada confesión hecha en ambiente menos que propicio y con el viento en contra,  indague sobre sobre el personaje, abogado exitoso, casado y padre de dos hijos.
Siempre he creído y predicado que cada quien es libre de hacer con su vida lo que mas conveniente le sea, siempre y cuando esto no afecte a terceros, los gustos sexuales de cada individuo son solo eso, su gusto y el de su pareja y no tendrían  por que trascender ni ser exhibidos como joyas de una corona, siendo esto aplicable a hetero y homo sexuales; digo esto porque contrariamente al proceder del Sr. De lo antes relatado (serio, amable y educado) algunos elementos muestran su homosexualidad prácticamente disfrazados, haciendo aspavientos de hazañas sexuales sin pudor alguno y contoneándose como divas de vodevil, brindan un triste espectáculo digno de los mas sórdidos lupanares y opuesto  a lo antes expuesto desbarran contra quienes se consideran homo fóbicos, tendencia que en los últimos años parece haber sido muy exitosa," ... como es posible que haya homo fóbicos a estas alturas de la vida ... " citaba la prensa a una Sra. Actriz de TV, la homosexualidad es casi tan antigua como la humanidad y la homofobia  por igual, cóncavo y convexo, blanco y negro, ambos con igual derecho a existir a opinar a ser parte de un todo y el todo de una parte.
Si algún pecado hubo, hay o habrá en la homosexualidad (que no estoy yo para juzgar),  ha pretendido ser trasegado a la homofobia y conveniente es decir a ambos polos que el respeto no es una regalía se gana en el "que hacer" diario, en el trato a tirios y troyanos y a la posición que tomemos ante nuestras virtudes y errores.
Ya para terminar estas líneas viene a mi mente lo leído hace algún tiempo sobre legislaciones que en algunas latitudes permiten no solo el matrimonio homosexual, también les permite adoptar, sobre este particular punto desearía saber la opinión (si lo consideran pertinente) de quienes se han tomado un segundo de su vida para leer este comentario.