Cada  día, al caer lentamente, la tarde
la nostalgia de tu ausencia ,arrancan
mis lágrimas, las que ya querían descansar
y cerrar las yagas, que el dolor, no se pudo llevar.
Las imágenes invaden, a cada  momento mío,
que hoy están en soledad…¡ una dura soledad!.
Fluyen los recuerdos… Se escapan del rincón
más sagrado de mi memoria… Para abrir cada
herida… Que me hace sangrar… Porque….
Van de un tiempo a otro, sin  poderse aquietar.
Te veo tomando mis manos, al  caminar…
Y cuando a la escuela, con alegría, tú…Tú…
mamá me acompañabas… Por que ese día…
Yo…tu hija, debía actuar… Y como mamá
de una manera u otra…¡ me tenías que disfrazar!
y me tranquilizaba verte allí… Sonriendo…
Aplaudiendo… Como si yo fuera… La mejor actriz.
    Recuerdo cuando, con tus manos sufridas,
callosas, confeccionabas ocupada y preocupada,
ese vestido de tul blanco, que con hidalguía, con
orgullo lucía en mi Primera Comunión., pero que…
Al transcurrir ese día, no había manera de que yo..
De que yo me lo quisiera cambiar.
   Y fue en esa edad… De ocho años cumplidos,
en que, un día tu traje de novia decidiste mostrar
el que guardabas,  en esa caja… Olvidada en un rincón.
  
 En el camino de mis estudios, tú me alentabas
a seguir paso a paso… A pesar de la adversidad,
de esa adversidad que tienen las madres cuando
sus hijos… Comienzan a estudiar.
    Mis logros… Eran los tuyos mamá , y con filial
y sincera sonrisa les contaba a todos sin dudar .
    Recuerdo tus consejos… Mamá… Aquellos
que me hacías escuchar, y que a lo mejor, yo…
No los entendía, no los podía descifrar, quizá
por la etapa misma en la que yo vivía... Es que
 tú mamá… Tú escondías todo ,pero todo..
Lo que en tu precioso corazón podías albergar.
    Y… En tantas oportunidades  que yo llegaba
desde el trabajo a casa… Y sin quererlo mamá
yo te sorprendía a escondidas llorar.
    Yo sé que has pasado tantas… Pero tantas…
tantas cosas…¡y que yo no las pude evitar!.
     Te recuerdo mamá, cuando con paciencia
me escuchabas al llegar: lo bueno; lo malo; lo
lindo; las decepciones; las injusticias, todo..
Lo que me podía pasar… Y tú  complaciente,
 estabas como si el tiempo fuera tu aliado ideal.
   ¡Muchas veces has caído… Miles de veces,
te volviste a levantar… Pero nunca… Nunca
escuché de tus labios ni una sola palabra, con 
la que pudiera renegar…!
   La vida que has llevado era la de aquellas
madres, las que son heroínas sin coronas,
sin trajes, sin espadas que se pudiera mostrar.
   Pero ese día… ¡Ese fatídico día!,  había llegado ,
para arrebatarte de mi lado y mis manos soltar.
 
  Hace ya tres años desde tu partida a la eternidad.
Hace ya tres años que no te tengo en mi vida
para llenar de alegría cada instante de mis días,
pero sé que estás allá… En lo alto, muy cerca de Dios
 mirándome desde una estrella con tus ojos verde-mar
y sabiendo que aun perdura el dolor de tu partida, y..
Lo que no te pude expresar , mamá querida, hoy te lo
voy a contar: 
    ¡ Que al no poder tocarte ni verte siento que te llevaste
 gran parte de mi felicidad.
Que mi corazón palpita y mi alma se paraliza, cuando
te nombro mamá.
Que al despertar cada mañana, te busco en cada rincón
en los que yo te podía encontrar
Que todo lo que me enseñaste, jamás  lo he de olvidar.
 Que aun te lloro, entre la marea de cosas que en
 La vida hay que atravesar.
en vida no te pude brindar.
Pero… Ten por seguro que tu recuerdo grabado en fuego,
por siempre en mi corazón perdurará… Y que yo…
Madre querida….¡yo jamás te podré olvidar!
                                                      
                                                                         RQ