Una rosa oronda y majestuosa
en su tallo erguida está.
La custodian hojas y espinas,
¡para que nadie las pudiera tocar!
 
 
Todas las flores que la acompañan
no la dejan de envidiar,
¡porque es por ella que suspiran
quienes pasan por el lugar!.
 
Cada amanecer la contempla,
el sol apenas la puede acariciar,
los pájaros del cielo revolotean
pero no se atreven en ella posar.
 
 
 
 
El  rocío de la aurora
baña sus pétalos, de rojo carmesí
resaltando aun más la belleza
de la reina del jardín.
 
 
¡Ya llega el picaflor airoso
mostrando su gala de color,
para arrancar con un beso a la rosa
el néctar de su corazón..!
 
 
El tallo está celoso,
no se puede controlar…
mueve a la rosa preciosa
de uno a otro lugar.
 
Con el crepúsculo de la tarde
la rosa durmiéndose está.
La luna y las estrellas
no podrán con ella conversar.
 
 
El tiempo tirano y presuroso
encuentra a la rosa en el mismo lugar,
y al tallo enamorado que le regala
el verde esmeralda de su amor pasional.
 
 
Una mañana, de grises colores
encontró al tallo, en soledad…
manos crueles y despiadadas
arrancaron a su rosa sin piedad .
 
 
 
 
 
 
 
¡Se desgarra el tallo sin consuelo,
llorando al gran amor que ya no está!.
Todas las flores que la acompañaban,
lentamente, se comienzan a marchitar.
 
 
Ya los pájaros del cielo no trinan
por aquella, en  la que no se pudieron posar,
ni el picaflor airoso volvió a arrancar a la rosa
con un beso el néctar de su corazón.
 
 
El tallo envejeció poco a poco
de tanto a la rosa esperar…
¡pero jamás regaló a otra rosa
el verde esmeralda de su amor pasional.
 
 
 Ya no se escucharon suspiros, de la gente
 al pasar, solo voces que murmuraban
 ¡”qué pena..qué hermosa que era la rosa…
la rosa que ya no está.
                                   RQ