Cuando ya no siento nada, no sé qué hacer para encontrar un nuevo sentimiento, buscar una emoción que me haga saber que sigo viva, alguien que se preocupe por mí y me diga que estoy bien, que todo va a ir bien aunque sepa que es mentira y nunca será cierto. Estoy sola en un mar de emociones que se las lleva el vacío que hay dentro de mí, acostumbrada a esta soledad de la que quiero escapar pero mi mente está demasiado cansada como para darse cuenta. Este cansancio comienza a reflejarse por todo mi cuerpo, en cada centímetro de mi piel, en todas mis cicatrices. Todo lo veo en gris y negro, la oscuridad se extiende en cada respiración, en cada pensamiento, en cada despertar. Me estoy ahogando en este inmenso océano de ideas desordenadas del que necesito que alguien me rescate. Pero, ya es demasiado tarde, quizás ya no vuelva a ser la misma de antes, quizás ya sepa demasiadas cosas, quizás me he dado cuenta de todo. O quizás aún estoy a tiempo, pero nadie será capaz de hacer por mí todo lo que yo misma he intentado para salir de aquí.