El cuento es que ella, tejía y tejía... soñaba y soñaba, desde niña fue así y nunca pudo cambiar, a pesar de sus múltiples intentos. Cuando creció, se dio cuenta que solía enamorarse, una y otra vez, del mismo tipo de "príncipe azul", que le había impuesto su madre y que por supuesto, se iban destiñendo al tercer o cuarto beso.
Ella, ¡quería velocidad!, ¡deseaba cambiar el mundo, ya!, quería mejorar su dieta, ser la heroína de nuestro cuento y tenía muchas ganas de mandar a la mierda, a su familia, pero claro, ella, tejía y tejía... soñaba y soñaba.
En el patio de su casa, tenía cuatro plantitas muy lindas, que habiamos comprado en el Jardín Japonés, a las que bautizó: "Alegra", "Tristonia", "Amorchu" y "Dolores", en general las regaba todos los días, aunque hubiese llovido.
Una vez escuché, que le dijo a "Alegra":
- "¡Tengo tanto miedo de estar así!, enamorada, plena, ¡alegre!, con ganas de cantar, no sé... seguramente esto no va a durar mucho".
Otro día, creo que fue por la mañana, ella estaba aturdida, porque habíamos discutido por una pavada, corrió hasta el patio, desaforadamente y le dijo a "Tristonia":
- "¡Ay, Dios!, ¡me siento como el orto!... estoy triste, vacía, pero hay algo en mí, que disfruta un poquito de todo esto, ¡¿por qué?!... ¡no sé!".
Hace un par de días, me llamó el padre, llorando y me confesó, que nunca había visto a su hija, tan contenta con alguien, pero que últimamente no comía, que quería quedarse a dormir, en el patio y que con la única planta que hablaba, era con "Amorchu" y que le decía, a los gritos:
- "¡¡¡Lo tenemos!!!, ¿viste?, ¡¡¡lo tenemos!!!, ¡¡¡ahora sí, vamos a ser felices!!!, ¡yo tenia razón!, él es mi salvador".
A medida que el padre, me iba contando todo esto, se me hacía un nudo en la boca del estómago, pero fui lo más rápido que pude hasta su casa, hablé con ella, tranquilo, porque no podíamos seguír así... y como era de esperarse, ¡se puso loca!, me insultó, me pegó una cachetada y escupió a su padre, que no sabía qué hacer.

Dicen los vecinos de al lado, que la última vez que la vieron, estaba abrazada a su planta "Dolores"... (la favorita de su mente).