Ni tuvo importancia (Diario)
Publicado en Jul 28, 2017
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Adiós amigos compañeros de mi infancia. Ni fuisteis mis amigos ni tuvo ninguna importancia. Hoy yo vivo como Jesucristo quiere y tal como mi esposa lo prefiere. Mi infancia fue un período muy feliz a pesar de la "distancia" de los compañeros. Nosotros éramos una hermana y cuatro hermanos. Como todos nos llevábamos solamente un año de edad, no necesitábamos a nadie más para crear nuestro propio universo infantil. Felices porque estábamos unidos por los lazos de la amistad y felices porque éramos un número más que suficiente para crear y recrear millones de aventuras que vivíamos al tope de la alegría, el placer de ser niños comunicativos y no pertenecer al mundo de las vulgaridades, ni de las chabacanerías ni de esos "chulos de barrio" que nunca jamás se atrevieron a enfrentarse contra nosotros porque nos tenían miedo mientras nos miraban con los ojos llenos de envidia por estar tan unidos. Sólo nos retaron a jugar varias veces al fútbol y todas las veces les vencimos hasta por goleadas.
 
Escarmentados por tanta derrotas cosechadas nunca jamás intentaron retarnos a nada. A nosotros sus patinetas nos importaban menos que un carajo. Nosotros viajábamos siempre montados en la magia de nuestras historias. Ninguno de los niños del barrio pudieron jamás aceptarlo pero sólo consiguieron encontrar la envidia mientra se sentían impotentes a la hora de querer superar nuestra unidad familiar que traspasábamos de inmediato a nuestros juegos y nuestras actividades cotidianas.
 
Nunca fuí un niño triste sino todo lo contrario: un niño feliz que pasó por el Colegio Lope de Rueda de Madrid como un relámpago de luz. Algunos se dieron cuenta de que era especial; pero jamás me consideré superior a nadie salvo a la hora de plasmar ideas en mis queridos poemas y en mi no menos queridas redacciones escolares. Ellos necesitaban la compañía de muchos para intentar vivir. Yo tenía otra compañía mucho más alegre y mucho más divertida: la compañía de ese ángel que siempre me estuvo protegiendo regalándome horas y horas de felicidad. Siempre supe encontrar la sonrisa más adecuada para cualquier momento bueno o para cualquier momento malo. ¿Po qué nací siendo poeta? Porque la niña de las estrellas llegaría algún dia a encontrarme. Mientras tanto fui ese niño que, viendo películas de Joselito y su "banda del tutú", jamás necesité ser un pandillero de barrio para encontrar el punto exacto de mis emociones. Si tuviera que definir mi infancia la titularía como "ese espacio de tiempo que me condujo a la fe en mí mismo". Base esencial donde construí mi personalidad bajo la luz del sol, bajo el influjo de la luna y bajo el fulgor de las estrellas. Así que fui algo así como un protagonista de "Luces de bohemia" a lo Ramón María del Valle-Inclán. Luces que nunca dejaron de brillar y que jamás se apagaron durante aquella infancia feliz. Hasta me sentí satisfecho de haberme iniciado en los relatos como un niño "unamuniano" que superaba a los de la Generación del 98. O dicho de otra manera, un escritor con su propia idiosincrasia genial. Si alguien no lo consideró genial no es mi forma de ser discutir literariamente contra nadie. Sólo aprendí que, como dijo Anna Frank: "Qué maravilloso es que nadie necesita un solo momento antes de comenzar a mejorar el mundo". Por eso siempre me ha ido muy bien con las chavalas. Así que cierro esta página de mi Diari con un pensamiento propio: "Cuando sonríes durante toda tu infancia es que has alcanzado la cima de tus futuros sentimientos". 
 
 
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Foto del autor José Orero De Julián
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Descripción

Páginas de Diario personal.

Palabras Clave: Diario Memoria Recuerdos.

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Personales



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