Un día cualquiera (Diario)
Publicado en Jul 24, 2017
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Un día culaquiera de la primavera de 1967 inicié el comienzo de una pequeña amistad con un compañero de la Academa Cima de Madrid. Estudiábamos para Banca pero eran años en que en todos los barrios madrileños muchos grupos de amigos y amigas se unían para formar conjuntos munsicales del pop que tanto sonaba en las emisoras de radios y en Televisión Española. De aquellos grupos barriales habían surgido los más grandes y famosos de la música de la década. Así que un día cualquiera del verano de 1967 aquel compañero me confesó que le gustaría intentarlo con sus amigos y que si me unía a la idea. No me disgustó aquella posible aventura teniendo en cuenta que muchas chavalas estaban ya fijándose en cómo éramos sus compañeros de aulas. Le di un primer visto bueno indicando que me dedicaría, en principio, a ser letrista, compositor de letras que pudiesen servir, con los arreglos oportunos, para ser grandes canciones con grandes mensajes para la juventud del mundo del pop. Estabamos empezando a ser yeyés. En casa comencé con la tarea y así fue cómo escribí las letras de mis dos primera canciones juveniles: "Un día cualquiera" y "Existe una calle" además de adaptar a ritmos musicales algunos poemas de poetas románticos. Empezaría por ser letrista y quizás después me atrevería a aprender a tocar algún instrumento musical o hasta intentar educar mi voz como cantante porque el ritmo musical sí lo comprendía. Pero aquel año de 1967, cuando ya había terminado el Curso de Preuniversitario pero no había podido llegar a entrar en la Universidad (el gran anhelo que cumpliría años más tarde), mi madre estaba muy preocupada ya porque tendríamos que dejar nuestra vivienda para militares de Pizarra número 3 y no sabía cómo podría ir guardando algún pequeño capital para comprar una vivienda donde pudiéramos vivir toda la familia sin problema alguno. Isabel se casó y quedábamos los cuatro varones. Era por eso por lo que yo me planteé que sería una gran decpeción para ella, que alimentaba muchas esperanzas e ilusiones en que yo contribuyera a la compra de una vivienda para todo entregando mi sueldo en casa. Pero para ello tenía que hincar los codos y estudiar fuerte con motivo de aprobar oposiciones a Bancos. 
 
Un día cualquiera de aquel otoño de 1967 decidí abandonar la aventura musical después de haber visto que quienes formaban el grupo estaban todavía demasiado "verdes" en lo musical y tenían muchos sueños pero escasas posibilidades de triunfo. Estuve en una ocasión en su barrio de El Batán y me gustaron sus fans femeninas. Pero no acudí al guateque donde se decidiría cómo formar el grupo musical y cómo hacer para que el éxito llegara pronto. 
 
Un dia cualquiera del invierno de 1967 decidí dar una gran alegría a mi madre jurando que aprobaría todas las oposiciones a Bancos que fuesen necesarias para ayudarla a enocntrar una nueva casa. Ni mi hermana ni mis tres hermanos varones pusieron un sólo céntimo en la compra. Pero yo aprobé en dos Bancos y todos mis sueldos los entregué a mi madre que, de esta manera, pudo alcanzar lo imposible: con los sueldos de mi padre y el mío, en una cuenta corriente conjunta de los tres, en la Caja de Ahorros de Madrid, mi madre cumplió su sueño y yo seguí adelante; escribiendo poemas como el bohemio que había cumplido con mi deber. 
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Foto del autor José Orero De Julián
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Descripción

Páginas de Diario personal

Palabras Clave: Diario Memoria Recuerdos.

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Personales



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