Soy un niño tan pequeño que todavía no sé cuántos años, meses y días tengo. Pero el caso es que en mi casa tenemos un gato, que nos hemos cansado de jugar al corro de la patata y que todos los niños y niñas (por lo de los niños con las niñas deben estar) nos hemos sentado en el suelo de la cocina y cantamos: ¡Estaba el Señor Don Gato sentadito en su tejado, marramiau, miau, miau, sentadito en su tejado! ¡Ha recibido una carta por si quiere ser casado, marramiau, miau, miau, miau, por si quiere ser casado! ¡Con una gatita blanca sobrina de un gato pardo, marramiau, miau, miau, miau, sobrina de un gato pardo! ¡El gato por ir a verla se ha caído del tejado, marramiau, miau, miau, miau, se ha caído del tejado! ¡Se ha roto seis costillas el espinazo y el rabo, marramiau, miau, miau, miau, el espinazo y el rabo!
 
Me pongo a pensar: ¿dónde estarán Emilín y Benito? ¿Tal vez matando a inocentes gorrioncillos que no tienen culpa alguna de que ellos sean tan perfectos tiradores de escopeta que donde ponen el punto de mira ponen el perdigonazo mortal? Yo sólo sé que El gato Felix es un personaje animado de la época del cine mudo. De pelaje negro, ojos blancos y amplia sonrisa lograron que Felix se convirtiera rápidamente en uno de los personajes más populares. Sus orígenes son cuestionados pero se cree que salió de la pluma del caricaturista Pat Sullivan que alcanzó un gran éxito en los años veinte. Puede decirse que el gato Felix fue un éxito de la cultura popular de Estados Unidos de Norteamérica y su imagen no tardó en aparecer en todo tipo de productos e incluso se convirtió en la primera imagen en ser difundida por cualquier emisora de televisión. Sus dibujos comenzaron a transmitirse en Estados Unidos de Norteamérica en 1953. Que sí. Que yo sólo tengo 4 años de edad y estoy cantando, a coro con los nios y niñas (por aquello de que los niños con las niñas deben estar) lo del Señor Don Gato. Después vendría lo otro; lo de la vieja estación del tren de Arganda y el gato acudiendo a que yo le diera de comer mientras lanzaba maullidos de agradecimiento. Le hice saber que buscara una gata y formara una familia feliz. Me parece que me hizo caso porque ya no le volví a ver más.