Tan solo una flor.
Publicado en Oct 22, 2016
Nada.
Nada es lo que digo, nada es lo que expreso, nada es lo que siento. Y así surgió el misterioso esqueleto de la flor. En un manantial, donde todo era oscuridad, una luz apareció. Una luciérnaga quiso nacer y su pecho nunca oscurecer. Su rostro enseñó a un pájaro que decidió dar sus plumas por amor. Sin nada más que perder, a la pequeña se tragó. La luciérnaga ya no regresó de las estrellas que ella misma buscó. Un sendero del olvido el niño sin corazón dibujó, una ninfa logró comer todo su caparazón. Una chica sin visión quiso huir del bosque que susurraba con las olas del mar, estaba harta de escuchar que ese era su lugar; un acantilado apareció y ella quiso volar, un gato le sonrió cuando el último suspiro inhaló. Mortanas se llaman las huellas del sátiro que camina por el asfalto; está buscando a un ruiseñor que sin razón le dejó. Y así, en ese mundo sin fin, donde todos van a morir, no hay nada. Nada que salvar, nada que curar, ¿te quedarías ahí? ¿salvarías a la flor? Puede que sea la pieza marchita del tambor.
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