Dice una cantante española, Malú, en la letra de su famosa canción, Aprendiz de mala, que las palabras de su amante son como cuchillas debajo de sus pies.
No va mal encaminada. Lo que ocurre que no son las palabras esas cuchillas o cristales. No mi querida colega, en realidad las cuchillas o cristales rotos son los silencios. Más aún aquellos que proceden del odio más irracional a yo que se por qué motivo.
Tengo todavía algo de dignidad. Ya no podré volver a esos tugurios, antros o garitos donde sólo por saludar te aborrecen.  
He aguantado lo inaguantable como hombre antes, ahora como mujer. Pero me reafirmo, no voy a gastar dinero dónde no me respetan. Sus silencios son como cuchillas debajo de mi pies...