Los versos más tristes; ayer los escribí
Cuando tú me dejaste,
Me traicionaste,
Me ignoraste y hasta me olvidaste.
 
Cuando te entregue mi alma blanca,  de una adolescencia sin malicia y que por pudor y principios; no te entregue mis pechos firmes y mi vientre arisco; no llegue a la cita a escondidas, porque sabía no resistiría la seducción de tu sonrisa y tu mirada como de perro hambriento.
 
Escribí los versos más tristes! Cuando te fuiste y aquel adiós fue tan frio, e insensible como si una coraza o un tempano de hielo se interpusiera entre los dos; el resentimiento que sentiste,  porque me espérate ese día; para explorar el contorno de mi cintura, y de ahí viajar hacia el cielo de nuestro ímpetu.
 
Luego; los escribí aún más tristes!
Y los guarde junto a las cartas que me enviaste alimentando la ilusión; hasta que cierto día, entusiasmada recibí la última. Y esa era la última que yo te había enviado, la cual regresaste sellada, con el sello del olvido y el desamor.
¡Fue como recibir una bofetada!
 
 Mi pecho ardía,  de rabia! Entre el amor y el odio;   escribí los últimos versos más tristes; que salieron de mi alma arrastrando:
¡Amor!
                     ¡Odio!   
Y el fuego ardiente que salía de mi pecho; quemo todos esos versos, junto con todas aquellas cartas de amor; fotos donde admiraba tu sonrisa y las postales de los lugares que visitabas en  Moscú; y ya no sé dónde más.
El humo y las llamas que ellas produjeron se esparcieron en toda la atmosfera, dejando una nube gris en el cielo de mis sentimientos; que el viento lento se los llevo hacia el infinito del horizonte; dejando solamente el recuerdo de esa sonrisa que ni el fuego, ni el hielo que habito en mi corazón, la hicieron desaparecer.
 
Ahora! Tú con tu vida y yo con la mía!!
Esos versos tristes los queme y ya no los puedo recuperar; como tu amor y el mío;  salieron de entre las cenizas para entregarse a otro ser;  ese que a mí me devolvió la sensación en la piel, la miel a mis pechos y a mi vientre la pasión. 
 
Por eso;  el día que lo encontré o más bien el me encontró; te dije adiós para siempre!!! Pero, tu sonrisa ocupa un leve y minúsculo espacio en el lugar más caprichoso, rudo e insensato  de mi inexplicable corazón.