La venganza del soldado (Relato Humorstico)
Publicado en Dec 14, 2015
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Si el brigada Cascajo le había robado el amor de Elena, aquel soldado juró tomarse cumplida venganza. Al fin y al cabo, Elena no era, gracias a Dios, la única mujer del mundo. Así que, haciendo de su capa un sayo, el soldado Samuel ideó un plan.
 
El soldado Samuel sabía que siempre el donjuanesco, aunque barrigudo, brigada Cascajo tenía por orgullosa y vanidosa costumbre, y tal como le encantaba y gustaba contar a todos los que le querían escuchar, invitar a las mujeres que caían hechizadas por su atractivo, al mejor restaurante de la ciudad. Así que aquella noche, sabiendo que iba a cumplir con su inveterado ritual de conquistador empedernido, el soldado Samuel convenció a la camarera que iba a servir el pedido del brigada Cascajo, tras pagarle un buen puñado de billetes, para que él -disfrazado por supuesto de bella señorita- fuese el que le atendiese.
 
El brigada Cascajo llegó, todo risueño y triunfante, al local donde iba a celebrar su opípara cena para deslumbrar aún más a su última conquista, la infeliz Elena, y para ello lucía todas las medallas ganadas en los campos de batallas de las demostraciones teóricas que ejercía el ejército de tierra bajo la atenta vista de todos los generales; sobre todo la Laureada de San Cascorro por su enorme valentía en la última de ellas.
 
Así, tan victorioso se sentía ante Elena que no descubrió, para nada, que quien estaba recogiendo su petición de conejo al ajillo era el soldado Samuel quien, sin ser visto por nadie, molió un gran número de hojas de sen y las ingredió en el plato preferido del tragabuches del sargento Cascado quien, tan engolosinado como siempre pues para eso era un chusquero, comenzó a tragar cucharada tras cucharada, hablando de sus hazañas "heroícas" que él situaba en la Guerra de Vietnam cuando no había salido ni tan siquiera de Meco, ante los primeros gestos de asco de Elena. Pero en medio de su festín y ante el pasmo y espanto de ella, el brigada Cascajo soltó, en primer lugar, hasta cinco eructos seguidos para pasar, de inmediato, a una retahíla seguida de veinte pedos tan sonoros que no hubo nadie incapaz de escucharlos y, después, se lanzó en picado en busca del water sujetándose los bien planchado pantalones, con la raya muy bien marcada, para que no se le cayesen por el camino. Elena huyó despavorida mientras que el soldado Samuel, después de haber observado toda la escena sin ser descubierto, volvió a disfrazarse de hombre y se marchó hacia su casa soltando carcajada tras carcajada. 
 
Al llegar a su casa, el soldado Samuel se tumbó sobre la cama de su dormitorio y puso en funcionamiento la emisora que emitía música clásica. Estaba sonando la carga de "Caballería Ligera" del compositor Von Suppe y no pudo dejar de sonreír imaginando que todavía estaría el brigada Cascajo evacuando en el water del mejor restaurante de la ciudad. Aquello de Von Suppe le hizo saber que al día siguiente todas las damas de la ciudad reirían tan jocoso acontecimiento pues el soldado Samuel había pagado, con otro buen puñado de billetes, al mejor cronista de la ciudad para que publicase en la portada del periódico más leído por todos y todas en todo el país, tan grande e insólito acontecimiento.
 
Y así fue. 
 
  
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Foto del autor Jos Orero De Julin
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Descripción

Relato Humorstico.

Palabras Clave: Literatura Prosa Relatos Narrativa Humor.

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Humor



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