El niño tenía ocho años cuando la palabra ¨anarquista¨ se le apareció por primera vez, arriba de un rostro con una larga barba y unos lentes. Este rostro, defendía sus derechos con el don de las palabras en contra de un gobierno autoritario, que en 1968 lo llamó anarquista por apoyar manifestaciones estudiantiles, donde la fuerza militar de los halcones asesinaron a supuestos estudiantes terroristas y, al anarquista lo condenaron por sus frases ¨revueltas¨, que inspiraron a ese niño a ser un escritor, sobre todo,  una de ellas que decía:  “Escribir es una forma de libertad”.