En el atardecer de ayer mismo, paseando yo por la Calle Mayor de mi querida ciudad de Molina de Segura (Murcia de España) vi algo asombroso: mi amigo Juan II, amigo y además compañero de rutas de Senderismo en el Hogar, se ha hecho jugador de baloncesto del Knicks de Nueva York. Increíble pero cierto porque lo vi con mis propios ojos. Paseaba todo ufano, por la misma Calle Mayor, con una llamativa y deslumbrante camiseta del Knicks y con el número 76 por cierto. Le pregunté de qué jugaba y me contestó que de base. Digo yo que será de base-animador de las cheerleaders de dicho conjunto de baloncesto. O sea que las cheerleaders le animan a él y él anima a las cheerleaders. Así que pasé por donde Ángel, mi amigo de origen chino propietario del Hut Coffee (en el Paseo Rosales de mi querida ciudad de Molina de Segura, en Murcia de España), para decirle que si le veía pasar con la llamativa y original camiseta le pidiese un autógrafo porque mi amigo Juan II ya se ha hecho del todo famoso. Espero que no le asedien demasiado las chavalas molinenses. Y termino diciendo que Juan II me ha declarado que, cuando juega al baloncesto, consigue el inigualable récord de meter una sola canasta cada año bisiesto. Menos da una piedra. Por algo se comienza. A lo mejor con el paso del tiempo mi amigo Juan II hace olvidar, a los aficionados yanquis, al mismísmo Abdul Jabbar (antes llamado Lewis Alcindor) y, a este paso, quizá desbanque de la memoria de los aficionados norteamericanos de la NBA al mismísimo Wilt Chamberlain. Que sea para bien esto de la fama. Soñar más es ya imposible.