Yo que aún no he salido de ese cielo,
Ese cielo en el cual tú me sumergiste.
Yo que aún no olvido esas estrellas
A las cuales me acercaste.
No puedo cortar aún el árbol
Y la flor que plantaste
En este prado
Que más que prado
Era un desierto de lunas.
Ya que no estás
Me he permitido olvidar los colores,
El blanco y el gris
Ahora son mi preferencia.
Ni más, ni menos.
Tus ojos eran obscuros
Debí adivinarlo,
Por esas ventanas cerradas
Que nunca quise romper.
Surcado por tus ojos,
Surcado por tus labios,
Amanezco sin abrir los ojos
Y muero temprano en la mañana.