Me escriben letra a letra
como si yo pudiera
ocultar una rebelde verguenza.

Quien un día en su sentir
concibió el tejido de mis palabras
nada sabe de la intención
del que letra a letra
va buscando la forma
de aparentarse autor.

Me escriben en forma de aguja lúdica
que huerguetea sobre el globo
a punto de reventar.

Pero no me puedo explicar
que de mi deshilachada arquitectura
alguien pueda pretender alguna cosa.

¿Por qué no me dejan a solas
con el primero que me concibió en su mente?

Por lo menos él quería hacerme hablar.

Ahora estoy molesto
con el que va copiando mis palabras
como si tuviera sobre mi
un estúpido "derecho de propiedad"
que no le corresponde.   

Soy un manejo equivocado de palabras
que alguien arrrebata a su propia diginidad.

Me horrorizo ante un espejo imaginario
mientras el que dice ser
el autor de mi mensaje
está convencido de que le crearán.

¡Qué poca fe en su talento!
¿Por qué no me dejan dialogar
con el que sólo balbucea en mi mensaje?
¿Por qué habría de dejarme arrugado en un papel?

Me van escribiendo y a mi derecha
un demonio vocifera sus logros.

Cierro mis ojos pidiendo a los ángeles
que me rescaten del secuestro.  


E.D.A