Poesía, luz divina. Ingenio infantil y agraciado. 
Eres vida, o si no, la escencia de la vida misma. Pero ¿Por qué? 
He oído como te han insultado mil veces, por la falta de tus dotes físicos. Te han llamado entre tantos descalificativos "Gorda" "Fea" "Vaca" "Bola" y así mil cosas, que, si vieran ellos como yo las veo, son nada más que defectos que posee esta vasija llamada "Cuerpo".

Eres Poesía.
Pues son tus labios los dictámenes de cada verso que se escribe en mi cabeza.
Pues esa sonrisilla tuya, tan amable, que hace que pierda mi certeza.
Pues es el roce de tu mano sobre la mía, que sin querer se han tocado, que me mata.
Pues (Vaya yo a saber por qué) es la dulzura de tu voz que incesante me atrapa. 

Eres Luz Divina.
Parece que por donde caminases, una luz tenue te siguiera. Y que a cada persona que tocaras, se iluminara de improviso contigo. 
Y es que si me preguntan, diré que eres estrella resplandeciente. Estrella que se niega a extinguir su luz que brilla durante mis noches de infinita soledad, enseñándome el camino a seguir. Los pasos que dar, y enseñándome a evitar las piedras frías que me harían tropezar.

Tienes Ingenio Infantil y Agraciado.
Por que la simpleza de las cosas es para ti, gran maravilla. El Aroma de la flor más pequeña es para (O mejor dicho por) ti, fragancia inolvidable. Como el Azahar que te entregué un día durante el recreo. Recuerdo bien que lo has guardado en la última hoja de tu cuaderno, pues, su figura se te hace increíblemente melancólica. 

Eres Vida. O si no, la Escencia de la Vida Misma.
Por que eres tú, eres la niña más ingenuamente adorable que he conocido. Por que retratas en tus ojos los cálidos días de otoño con las hojas carmesí cayendo de su refugio perpetuo. Por que en tus labios al hablar se oye la voz de un ángel que refleja la sabiduría de Dios. Por que tus manos son como suave tela que hace que mis sentidos se sosieguen y al mismo tiempo sobresalten. 
Por que... Con solo mirarte parece que tengo en mis manos un fragmento inusual de cielo, que pareció ser reservado solo a mí. Sólo a nosotras dos.

Y, a fin de cuentas, luego de obvias conclusiones, he decidido resumir todo esto es palabras breves. Eres Arte. Pues el arte no es hermoso, el arte debe hacerte sentir algo especial, y eso, señorita mía, es lo que haces tú conmigo.