COPA DO MUNDO I
Publicado en Jul 21, 2014
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Tenía nueve años cuando pasó mi primera disilusión con el fútbol. Observé por la televisión en blanco y negro –primera televisión del barrio- como a México lo goleaba Italia cuatro a uno. Aunque no lloré, no pude dormir durante varias noches por la derrota. Sin equipo tuve que elegir entre los que estaban. Brazil y Uruguay eran mis favoritos porque con el despecho de ¨haber perdido¨, Italia estaba descartado y por ser de Europa, Alemania también, aunque con el Partido del Siglo entre los dos europeos, la garra alemana me cautivó. En ese entonces los jugadores hacían menos teatro que hoy en día. Quizás, porque no había tanta ¨leña. Pero, los conflictos políticos estaban presente entre Honduras y el Salvador. En México como en latinoamérica empezaba la Guerra sucia. En esa Copa con el ¨Jogo Bonito¨, yo estaba orgullo de Brazil. Hasta me aprendí alguno nombres de los jugadores de quienes no podía pronunciar la ¨r¨ como Cloloaldo, Gélson, Livelino, Jailzinho, Calos Albelto, el poltelo Félix y naturalmente el gran Ley Pelé. Dos años después en Acapulco se organizaba el Día de la Comunicación Internacional. Se contaba con la presencia de grandes personalidades internacionales y nacionales del cine, la farándula y el deporte. Los dos mejores equipos infantiles del puerto, después de jugar un partido amistoso, podían saludar al Rey del fútbol: Edson Arantes do Nascimento: Pelé. Mientras lo esperábamos, teníamos que soportar nuestros nervios y limpiarnos las ráfagas de saliva de un famoso locutor deportivo que en cada inicio de un partido decía: ¨A todos los que quieren y aman al fútbol, los saludo¨… Yo como guardameta de uno de los equipos, lo vi llegar, con un traje blanco que combinaba con su piel negra. me pareció un enorme gigante hecho de ébano. Cuando me saludó, mis vellos se estremecieron de la emoción, mientras mi mano se perdía en su manaza. En la ducha, yo cubrí con una bolsa de plástico, aproximadamente por una semana, mi pequeña mano que había sido tocada por el gran jugador de fútbol para que no se perdieran las vibraciones que me había dado al saludarme. Mientras yo tenía la ilusión de llegar a ser como él.

En la Copa del Mundo del setenta y cuatro, quizás porque mi ídolo no jugó y México no calificó, solamente recuerdo que mi equipo favorito era Brazil porque el equipo se había ganado el corazón de los mexicanos con su juego bonito, cuyas gambetas quedaron en segundo lugar en un grupo que ganó otro juego bonito, llamado ¨Fútbol Total¨, en que ningún jugador holandés se quedaba en un solo lugar, es decir, todos defendían o atacaban. Pero los conflictos políticos estaban presentes entre Alemania Occidental y Alemania Democrática. La Guerra Sucia y La Guerra Fría se intensificaban. Es más el comunismo le ganó al capitalismo en el fútbol cuando las dos alemanias se enfrentaron. Finalmente el ¨Fútbol Total¨ fue derrotado por la disciplina y orgullo; la misma y el mismo que mostraron los alemanes cuando perdieron con Italia en México. Mientra, yo no sabía que los norteamericanos y los rusos querían con sus mísiles acabar con el mundo.
En la Copa del Mundo del setenta y ocho, empezaría, o mejor dicho, me empezarían a vender el sueño de que teníamos la mejor selección del fútbol de todos los tiempos por el simple hecho que el equipo ganó todos sus partidos en la segunda ronda del Premundial. Es más, hasta teníamos un portero con nombre de Pilar en la portería. ¨Golearíamos¨ a Túnez, ¨perderíamos¨ con Alemanía Federal y le ¨echaríamos¨ todas las ganas para ganar o empatar con Polonia. Por primera vez, recuerdo latir mi corazón en mis oídos. La supuesta goliza comenzó con un penalty en el primer tiempo. Sin embargo, los delanteros del equipo de Túnez fueron los que nos golearon con tres goles con todo y estrategia de marca personal. Disilusionado, los otros dos partidos ya ni los observé, solamente escuché los otros nueve goles que nos ¨hicieron¨. Por alguna razón, la vergüenza que sentí no fue ajena, sino personal, en consecuencia, para olvidarla, me refugié de nuevo en el ¨Jogo Bonito¨ de Brazil con la presencia de un jugador que salió campeón en México, cuyo nombre ya podría pronunciarlo: Rivelino y sus compañeros, lograron cinco puntos en la segunda ronda igual que el anfitrión. Los últimos partidos de ese grupo se jugaron en diferente horario. Brazil juega primero y queda en segundo lugar por diferencia de goles cuando Argentina golea al Perú con un portero argentino, nacionalizado peruano. Entre verdad o mentira se dice que los seis goles que le dieron al anfitrión, fueron comprados por el presidente argentino que con su suela de bota militar mantenía al pueblo oprimido de miedo. La Guerra Sucia en Argentina ya había dejado miles de muertos, muchos de ellos desaparecidos. Los que se salvaron, seguramente, observaron en el exilio con todo y torturas el triunfo de la albiceleste de la mano de Mario Kempes y el capitán Pasarela. Mientras yo no había leído el libro ¨Días y noches de amor y de guerra¨ de Eduardo Galeano.
En la Copa del Mundo del ochenta y dos, yo ya había leído el libro de Eduardo Galeano y no me interesaba el fútbol pues andaba con mis ideas de cambiar el mundo en la montañas de los Altos de Chiapas donde los ñinos morían por la falta de una buena alimentación e higiene. Entre el frío, los ratones, los alacranes y la garrapatas, que se metían entre las rendijas de la puerta y la ventanas de la casa de la comunidad donde dormía, mi idealista corazón se estremecía ante tanto desamparo en un espectacular paisaje oscuro lleno de estrellas con el cantar de los grillos y los sapos y por allí un rugido escondido de un jaguar. Mi intención era ayudarles a los padres de familia a construir una casita rural con un mínimo de higiene para que los niños y ellos no vivieran en la suciedad que encontré cuando llegué a esas comunidades indígenas donde todavía no había electricidad. Por eso en el ochenta y uno no vi la descolgada del jugador salvadoreño que tiró un pelotazo, rechado por el portero al centro del área chica. Por desgracia, la descalificación al Mundial de Fútbol en España llegó con el balón que cayó en los pies de otro salvadoreño que perforó ¨nuestra¨ portería. Otra decepción más para los aficionados mexicanos. Y a mí con mi grupo, seis meses después de que Italia fuera campeona del mundo, el gobierno de Chiapas nos mostró la tarjeta roja, retirando el proyecto que nosotros habíamos iniciado con UNICEF porque ellos creían que el grupo era comunista por el simple hecho de enseñarle a los indígenas la Constitución, mientras llegaban indígenas guatemaltecos a Chiapas huyendo de los militares que perseguían a guerrilleros escondidos en pueblos que ya no existen en el mapa del país vecino..
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Foto del autor Carlos Campos Serna
Textos Publicados: 361
Miembro desde: Apr 11, 2009
2 Comentarios 406 Lecturas Favorito 0 veces
Descripción

¿Escribir lo más fácil y conocido. Mi vida en anécdotas, sentimientos, hechos, costumbres? ¿Por qué no? ¿Hacerla una historia narrada? ¿Por qué no? ¿Qué es una historia? Recuerdos. Entonces comencé a recordar y desde ahí observé menos tele y a leer más libros...

Palabras Clave: recuerdos adécdotas vida recuerdos literatura

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Relatos


Creditos: Carlos Campos Serna

Derechos de Autor: Carlos Campos Serna


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Federico Santa Maria Carrera

Captar la esencia de tu pasión por lo que plasman las letras, querido Carlitos, es altamente contagioso, pues se advierte en ello una fluidez espontánea de comunicar todo cuanto hay en tu mente. En este relato, como en otros, compones un "guiso" sabroso con ingredientes de disímil origen que en tu versión engranas con entusiasmo... Pasión futbolística, sentimientos personales, recuerdos trascendentes, proyectos ideológicos, política mundial...

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July 22, 2014
 

Carlos Campos Serna

Engranar mi vida en palabras es lo mäs sencillo que se me ocurre
Responder
July 22, 2014

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