Año 1990 después de Jesucristo. Estoy casado con Lina (Liliana), ya tengo a Lina (Leslie) y acaba de nacer Lina (Carla). Las tres son Lina y a alguien le chirrían los dientes pero a mi plin porque yo duermo como Plácido en domingo; sólo que antes de dormirse les cuento cuentos a las tres y, a las tres de la madrugada, tengo que levantarme para dar el biberón. Mis momentos más felices, de este año 1990 después de Jesucristo, es cuando vuelvo del Banco (a veces hasta me da tiempo para jugar al fútbol sala) y me lo paso pipa con las tres Lina. Es una época de felices poemas escritos, a la luz de la Luna, para las tres que son Lina: Liliana, Leslie y Carla. Que chirríen los dientes de la envidia me es totalmente indiferente.
 
Irak invade Kuwait. Chile, después de 16 años de régimen militar dirigido por Augusto Pinochet, vuelve a la democracia de forma insegura, asumiendo la presidencia Patricio Aylwin. Violeta Chamorro, presidenta de Nicaragua. Liberación de Nelson Mandela. Reunificiación de Alemania. Estado Unidos pone en órbita el telescopio espacial Hubble. Dimisión de Margaret Thatcher, cuando John Major es nombrado nuevo primer ministro de Gran Bretaña. Abolición del papel dirigente del Partido Comunista en Albania, Bulgaria y la URSS. En la URSS, abandono de la dirección del Partido Comunista y establecimiento de un sistema presidencial, paralelamente, se desarrollan los movimientos nacionalistas (los países Bálticos declaran su independencia) y, por último, el político peruano de ascendencia japonesa, Alberto Fujimori, gana las elecciones generales del Perú.
 
Año trascendente para mi ascenso literario puesto que no sólo desarrollo poemas a gran escala sino que me he iniciado en las novelas (doy por finalizada "Setamor y Bisalma") y hasta desarrollo toda una serie de relatos que podrían ser televisivos ("Por esos pueblos del Wayne"). Toda la geografía del Barrio de El Batán de Madrid la recorro de norte a sur y de este a oeste. Una vez con las tres Lina ya no hay fronteras para mi imaginación y la Fantasía llena por completo mis espectativas. Después de mis anteriores desembarcos en las Américas (1984 y 1986) estoy ya dispuesto a mi verdadera Aventura Americana. Pero eso llegará más tarde. Ahora, mientras paseo con mis tres Lina y salgo de fiestas con ellas, sólo me lo paso en grande. Me importa menos que un dólar de madera que Emilín, Bonifacio y Máximo me hayan retirado el saludo. Todos los días saludo al Sol antes de iniciarme en la aventura de seguir viviendo y todas las noches saludo a la Luna antes de soñar nuevas dimensiones de mi personalidad. Que me hablen o no me hablen los envidiosos simplemente no me preocupa en absoluto porque lo absoluto para mí, además de Dios, es que Liliana es Lina, Leslie es Lina y Carla es Lina. Que chirríen los dientes de la envidia no me llama la atención porque sólo escucho el chirriar de las cigarras. "Cigarras y Saltamontes" también tuvo su historia en el Banco y eso sí que me despierta el interés de mis bellos recuerdos cuando retrocedo unos cuantos años hacia atrás no para detenerme en nada ni con nadie sino solamente para seguir tomando nuevos impulsos en mi carrera de escritor y, cómo no, de periodista profesional.