Con mucho que decirse, sin nada que contarse
Publicado en Apr 12, 2014
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Con mucho que decirse, sin nada que contarse
Este adiós no maquilla un hasta luegoJoaquín Sabina
Estaban ahí, sentados, mirándose. Teniendo un principio. Algo que los unía. Habían pasado casi cuatro años. Había mucho para decir y nada para contar; es más, para uno de ellos la historia era más larga y turbulenta. Para él, sólo hubo dolor e imágenes fugaces.Para él lo único para recuperar eran unos meses de su vida; para ella, en cambio, era una vida por vivir.Ella sabía lo que pudo ser.Él nunca se acordó de lo que fue.Y ambos vivieron durante todo ese tiempo con sus respectivas incertidumbres. Sin embargo estaban ahí, mirándose… con mucho por decir y sin nada que contar…Josué quería llenar su memoria, flaca como él y hambrienta. Quería preguntar y saber, pero más que nada quería entender porque le pasaba eso con ella.-No soy una mala persona- se decía- tiene que haber algo más… ¿Será una puta?, ¿yo podría estar con alguien así?Ella quería hablar, quería saber, quería saber que sabía él. Por qué de repente estaban hablando de nuevo. Ella quería un final (siempre ansiosa por terminar las cosas antes de empezarlas). No era ni la sombra de lo que fue a su lado, y eso era imperdonable; tenía que descubrir en que forma fue con él, y en que cambió. Quizá fue ella en él; o quizá su tremenda ambición de ponerle títulos, versos, a eso que pasó y no terminó.¿Por qué ahora? Si ya no le prestaba atención a su cerebro cuando se achicaba pensando en lo que no fue.Siempre tuvieron mala coordinación. Nunca se encontraron adecuados el uno al otro y esos cuatro años los separaron más de lo que se hubiesen imaginado, por eso no tenían nada que contarse.
Violeta se había repetido hasta el cansancio que por más finales que le pusiera, o se inventara, había sido ese abrazo, fuerte, corto, con sus brazos sobre su cuerpo sin tocarlo demasiado, pero cuerpo contra cuerpo, como si fuera imposible separarlos. Esas incoherencias de Violeta, que no quería que su color favorito fuera el violeta, porque le parecía obvio. Pero era un color tan hermoso y tan matizado, que va desde la paz hasta la furia extrema, que se puede podrir como la sangre de un cadáver.  Aún así, no podía ser su color, por más que lo fuera.Ella era complicada y el fragmentado.Sin embargo, ahí estaban, Violeta y Josué mirándose como tantas otras veces, en sus cámaras y escribiéndose. Josué quería explicarse porque se sentía así con ella. Violeta quería algo y no sabía que, no le importaba, algo era mejor que su cerebro achicándose y rebotando dentro de su cráneo buscando el signo de puntuación que le tenía que poner a su paso por el mismo tiempo y espacio que Josué.Así como Violeta se sentía bien sólo con saber que Josué sabía que ella seguía existiendo, se culpaba por hacer tantas y tan grandes ilusiones en tan poco tiempo.Lo único que le importaba, era que era, que sucedió.Josué necesitaba saber por qué. O al menos sincerarse, quizá eso le relajara la mente. Como decirlo sin ofenderla, como decirle eso a ella que parece querer más de lo que pide. Cuánto egoísmo poseía esa mujer que le pedía algo que él no sabía que existía. No podía confiar en ella, dónde estuvo estos cuatro años, y por qué nadie sabía que había pasado. Ella no era buena, y no era la misma de sus fotos, pero necesitaba confiar en ella, al menos para preguntar, para saber si la respuesta la tenía ella. Pero como empezar. Lo primero que tenía que saber era si había algún tipo de sentimiento; para Josué ella estaba medio loca y enamorada; sin embargo, le preguntó, y ella dijo que no. Josué pensó que se equivocó y Violeta le mintió, o más bien ella se mintió.Entonces siguieron hablando, estaban trabados, y lo intentaban. No sabían porque, pero lo hacían.Josué se decidió y le dijo que no se ofenda, pero que cuando pensaba en Violeta se calentaba, se masturbaba mirando sus fotos. Y ella no supo que responderle; se sintió usada, tampoco quería explicarle algo que su mente había decidido olvidar.Violeta entendía y a la vez se preguntaba si habían vivido la misma historia. Y con esa barrera no se hablaron más.
Unos años después se volvieron a hablar, seguían sin tener nada para contarse y mucho para decirse.Esta vez ambos necesitaban comprobar. Hablaban sin decir sus intenciones, jugaban a nunca hubo algo para decirse. Y decidieron verse dónde siempre fueron eso que no fue. Se abrazaron con cada fibra de su cuerpo, con sus olores invadiéndose, atravesándose. Se dijeron lo que querían escuchar, se besaron, se abrazaron…Josué se quería ir, Violeta quería hacer lo que sea para que se quede, pero no lo hizo. Josué sabía que ese no era su lugar.Josué se fue, Violeta se enfermó.
Ya no hubo más tinta.
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Foto del autor Bel
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Descripción

Un cuento breve

Palabras Clave: Cuento Narracin Amor Desastre

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Ficcin



Comentarios (1)add comment
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raymundo

Interesasnte relato. Felicitaciones y saludos a la distancia.
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August 26, 2014
 

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busy