Se apagó su estrella... (Diario)
Publicado en Jan 11, 2014
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Corría como una moto. Con tanta potencia que muchas veces se quedaba sin combustible por culpa de su corazón. Éramos dos "máquinas" humanas en el Vallehermoso de Madrid. Siempre con la resistencia de los espartanos (él fue quién me nombró capitán y líder de los amarillos del San Isidro) nos dábamos los relevos de manera impecable, siendo el uno para el otro y estando siempre atentos el uno para el otro; algo así como dos remeros en el Lago de la Casa de Campo madrileña, o dos luchadores judokas de las Hermandades, dispuestos a defender nuestra única causa: la sonrisa mientras los gorriones nos observaban desde las orillas de la vida. 
 
Podría ser que desde el Cielo los ángeles observaban la total compenetración que teníamos jugando a ese deporte universal llamado balompié. Él era un pulmón y yo era el otro pulmón añadiendo, además, esa clase de inteligencia que él comprendía mejor que nadie y por eso llegó a decir: "Si le doy el pase exacto a Diesel, Diesel no falla" Lo comprobó decenas de veces. Era cierto. 
 
Siempre entregado a la labor de la resistencia, él era el único que llegaba hasta el final con reservas físicas suficientes como para poder aguantar mi ritmo. Éramos dos "locomotoras" humanas y teníamos mucho en común: la entrega voluntaria y sin concesiones "de cara a la galería", para intentar siempre salir victoriosos...
 
Pero alguien le engañó y se olvidó de seguir mi ritmo. Miré a mi lado por ver si me tomaba el relevo y ya no estaba junto a mí; volví la mirada hacia atrás y tampoco le divisé siguiendo mi estela; así que seguí, en soledad, aumentando la velocidad de mi carrera. Él fue mi mejor hermano carnal pero habñia caído en el camino por culpa de alguien oculto en la oscuridad. Y, en medio de la noche del 29 de abril del año 2011 después de Jesucristo, se apagó su estrella. Yo no pude evitarlo, no pude hacer nada por apaciguar un poco su sed, porque jamás nadie me había avisado de que se estaba apagando.
 
Hoy sigo jugando a la rayuela, entre Borges y Cortázar, pero con la Liberación Cristiana como esquema de comunicación interpersonal con seres tan humanos como lo fue Bonifacio Orero de Julián... porque si tuviera que elegir a un centrocampista que me acompañara en este arte de crear fantasías, le elegiría a él para producir la Sinfonía del Deporte en Catalejo Mundial. Un día lo voy a hacer. Pero sigo combatiendo a la Envidia de quienes no fueron ni la mitad de lo que él fue.

Sueño que es domingo. Sueño que me acabo de levantar de la cama. Sueño que he desayunado café con leche. Sueño que me ha venido a buscar con su automóvil. Sueño que empieza el partido. Sueño que hemos vuelto, otra vez, a vencer. Y sigo unido a él con el recuerdo de su corazón latiendo junto al mío mientras nos esforzamos en alcanzar la meta.  
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Foto del autor José Orero De Julián
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Descripción

Página de Diario personal.

Palabras Clave: Diario Memoria Recuerdos.

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Personales



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