Un pequeo detalle (Novela) Captulo 10.
Publicado en Jan 09, 2014
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- ¡¡¡Ra-ta-ta-ta-ta-ta!!!
- ¡Al suelo, Señor Presidente, perdone que le tire al suelo!
- ¿Qué pasa? ¿Qué está sucediendo? ¿Quién eres tú?
- No diga nada más, menténgase en silencio, no hable, no se mueva y, sobre todo, no intente levantarse ahora.
- ¿Qué es todo esto?
- Luego se lo explico en detalle, Señor Presidente. Ese loco energúmeno se cree que le ha matado a usted.
- ¡¡¡He matado al Señor Presidente de los Estados Unidos de Norteamérica!!! ¡¡¡Rusia ha matado al Señor Presidente de los Estados Unidos de Norteamérica!!! ¡¡¡Viva el Partido Comunista Ruso!!! ¡¡¡Viva la URSS!!! ¡¡¡Viva Stalin!!!
- Ya pasó el peligro, Señor Presidente... pero es mejor que suspenda el acto... y no se levante hasta que todo el público haya sido desalojado.
- ¿Quién eres tú que me has salvado la vida?
- Solamente el policía JC.
- ¿Alguien que se cree Jesucristo? 
- No, Señor Presidente. Sólo soy Joseph Cuore. Un cristiano verdadero cuyo nombre significa José Corazón.
- ¿Puede contarme todo lo que ha pasado?
- Están desalojando a todo el público. Espere a que todos hayan salido.
- ¿Vamos a esperar mucho?
- No, pero yo estoy esperando una gratísima visita. Cuando ella llegue hasta aquí nos levantaremos los dos y podremos hablar los tres en persona. ¿Hay alguna Sala privada en el Madison Square Garden?
- Hay varias Salas.
- Pues ordene que dispongan de una para nosotros tres a solas.
- Estoy deseando agradecerle públicamente por haberme salvado la vida. 
- Pues entonces espere a que todo el públioo haya desalojado el recinto.
- ¡JC! ¿Estás bien, JC? ¿Te han herido? ¿Estás todavía vivo?
- Alguien le está llamando.
- ¡Conozco esa dulce voz! ¡Levantémonos ya, Señor Presidente!
- ¡¡¡JC!!! ¡¡¡Estás vivo!!!
- ¡Hola, pequeña! ¡Estoy más vivo que nunca! ¿Cómo te ha ido a ti con la encantadora de serpientes?
- ¡Muy bien, JC! ¡¡Jajaja!! ¡Ya está en poder del Jefe!
- ¿Podemos ya hablar para que me contéis todo este asunto?
- Sí, Señor Presidente. Vamos los tres a la Sala que usted quiera pero que nadie más que ella, usted y yo, estemos reunidos para charlar tranquilamente.
- ¡¡Necesito estar a solas con estos dos jovencitos!! ¡¡Busquen una Sala apropiada y mantengan una guardia para no dejar entrar a nadie más!
- Eso es, Señor Presidente. Cuando le contemos todo, el peligro ya se habrá acabado.
- Ya estamos aquí los tres a solas. Necesito una explicación que sea convincente.
- ¿Usted recuerda lo de Chechenia en el año de 1992 después de Jesucristo?
- Sí. Declaró la independencia de manera unilateral pero los chechenos fueron aplastados por los rusos.
- Pues bien... hay un tal Reverendo Allan Lloyd Patterson de Kentucky, de Louisville para ser más exactos, que ya está arrestado y en poder del Jefe de la Policía de Nueva York, que estaba preparando una conspiración para matarle a usted. Estaba aliado con un checheno llamado Antonin El Kéfir bin Saud, una rusa llamada Simonova y ese pobre monstruo que, por culpa de la explosión nuclear de Chernobil, nació completamente enano, deforme y un rostro horrible. El tal Reverendo Allan Lloyd Patterson, un ex afiliado al Black Power de los años 60 y actual líder activista de los Hermanos Musulmanes en Estados Unidos, logró introducir en este país a los tres compinches antes citados, gracias a que había comprado el Circo Ruso y a que, debido a sus influencias en la burocracia norteamericana y a la inocencia de un pobre hombre, aunque millonario, llamado Míster Job Bible, consiguió planear este atentado con el checheno Antonin El Kéfir bin Saud, más conocido como Antoine Magala, el popular presentador de los espectáculos del Circo Ruso que ya está muerto; con la rusa Simonova, más conocida popularmente como Arit la trapecista venezolana; y con el monstruo de Chernobil, conocido entre el público adulto e infantil como el Payasito "Piolín". Los verdaderos nombres y apellidos de los tres están guardados en los Archivos de la Secretaría del Kentucky Football Club, cuyo propietario es el inocente, engañado y burlado, Rey de las Alcachofas cuyo nombre, como dije antes, es el de Míster Job Bible. Por cierto el Reverendo Allan Lloyd Patterson, cabecilla de este grupúsculo terrorista, dirigía sus labores desde la Iglesia Baptista de Louisville. 
- ¿Y cómo murió ese tal Antoine Magala?
- Ahora me toca explicárselo a mí, Señor Presidente.
- Adelante, preciosa jovencita.
- Sobran los halagos, Señor Presidente. Sólo he cumplido con mi labor de policía sin tener en cuenta mis encantos femeninos sino aplicando la inteligencia. 
- Cuente, cuente. 
- La trapecista Arit, que se hacía pasar por venezolana pero que es de la ciudad de Stalingrado, se casó con el Payasito "Piolín" para poder facilitar el trámite de su entrada en Estados Unidos, usando, por supuesto, papeles falsificados por el Reverendo Patterson. Ella hacía un trío con "Piolín" y con el envenado Antoine Magala que era el amigo íntimo de "Piolín" y, a la vez, el que le ponía los cuernos al citado payasito. Eso le costó la vida a Antoine cuando "Piolín" se enteró y lo envenenó antes de colgarlo del techo de su rulotte limpiando toda clase de huellas para que pareciese un suicidio.
- ¿Por qué le preguntaste a Ivan Ivanovich Ivanov si era moscovita?
- Para descartarle como sospechoso, JC. A los moscovitas no les interesaba que Chechenia se independizara.
- ¿Querían asesinarme?
- Se lo explico yo ahora, Señor Presidente. El falso Reverendo Patterson era uno de esos locos que creen, por inspiración de iluminados, que Estados Unidos de Norteamérica es culpable de todos los males del mundo; por otro lado, tanto Antoine Magala como Arit, eran en verdad amantes secretos aunque Antoine era bisexual. "Piolín", el monstruo de Chernobil, está convencido de que la culpa de lo sucedido en aquella central nuclear también es de Estados Unidos. Y los cuatro juntos habían planificado asesinarle públicamente a usted, a la vista de todo el mundo, diciendo que Rusia les había encomendado dicha labor para que Estados Unidos le declarase la guerra y se produjese la III Guerra Mundial. Tal como se dice, en río revuelto ganancia de pescadores... y lo que estaban buscando, en el fondo, como los cuatro pertenecían a la Secta de los Hermanos Musulmanes, era que aprovechando el enorme caos que la III Guerra Mundial produciría en toda la Tierra, Chechenia, en poder de los musulmanes, aprovecharía dicho caos para hacerse por fin independiente y, desde allí, lanzar revoluciones musulmanas contra todo el Occidente.
- ¿Y "Piolín"? ¿Qué tiene que ver "Piolín" en todo este berengenal?
- ¿Se lo explico yo, JC?
- Adelante, Alma. Explícaselo tú.
- Señor Presidente, el pobre y desdichado "Piolín", producto de las víctimas vivientes de la explosión de Chernobil, odiaba al mundo entero por haber nacido tan deforme y tan horroroso; pero como el falso Reverendo Patterson le había lavado el cerebro y, usando la hipnosis maligna, le había convertido en Hermano Musulmán, estaba convencido de que Estados Unidos era la nación culpable de todos sus sufrimientos. Por otro lado, se enteró de que Antonin El Kéfir bin Saud, o sea, Antoine Magala, le ponía los cuernos con Arit y lo envenenó con cicuta, el veneno más difícil de detectar hasta hoy en día, pero que ya es posible hacerlo con las pruebas más modernas y sofisticadas que existen gracias a la alta tecnología médica. Así que, como usted puede ya suponer, "Piolín" sería la víctima más propicia para cargar con el marrón, porque estaba totalmente deprimido y era ya un sicópata demente. Un esquizofrénico sin cura alguna. 
- ¿Qué es cargar con el marrón?
- Mi compañera, y supongo que todavía mi amiga, quiere decir que sería al único que le culparían de su muerte y los demás quedarían libres de sospecha. 
- ¿Hay alguien más detrás de todo esto? 
- Nadie más, Señor Presidente. La "mano negra" de todo era el falso Reverendo Patterson, que había comprado el Circo Ruso para dar la vuelta al mundo con su querido y amante Antoine Magala, quien, al ser bisexual, le ponía a su vez los cuernos a Arit con Patterson. Como Arit tenía completamente atontado a "Piolín" le había hipnotizado para que, al escuchar el grito de !!!Arit!!! que singnifica !!!Tira!!! le dispararía a usted toda una ráfaga de metralleta como así ha sucedido pero sin éxito alguno. ¿Es cierto, Alma?
- ¿Cómo has podido saber eso?
- Porque ya vimos que algunas palabras, leídas al revés, significan algo muy concreto y era lógico pensar que al decir ¡¡¡Arit!!! era una orden para que disparara.
- Pues es cierto. Eso me lo confesó la misma Arit en nuestra entrevista personal. 
- ¿Eso es todo, JC?
- Hay algo más pero de manera colateral y como consecuencia final de todo. Arit no sólo es muy bella sino muy traidora y manipuladora, por eso Alma y yo la conocemos como encantadora de serpientes. Ella era la número 1 del mundo del espectáculo circense; pero buscaba ser la persona más millonaria del mundo en su totalidad; así que una vez eliminados Antoine y "Piolín" se dedicaría a cortejar al pobre Míster Job Bible, El Rey de las Alcachofas, para celebrar un matrimonio legal con él quien, como es tan ingenuo, caería en los brazos de esta bruja hechicera, se divorciaría de su mujer, y convertiría a Arit en una de las mujeres más multimillonarias de la Tierra que era lo que esta falsa venezolana estaba buscando.
- ¿Para qué quería ser tan multimilloanria?
- Por una razón muy lógica. Con todas las influencias que podría manejar ayudaría al Partido Comunista de Venezuela para conquistar toda América Latina. Le encanta un tipo de hombre algo así como maduro pero tirando a analfabeto. ¿Comprende, Señor Presidente?
- ¡Dios mío! ¡¡Vaya plan más terrorífico!!
- Pues créame que era verdad.
- ¿Y ustedes dos, siendo tan jóvenes ambos, han logrado descubrir todo esto? ¿Cómo ha sido posible que lo hayan conseguido descubrir?
- Por un pequeño detalle.
- ¿Un pequeño detalle?
- Sí. Fue un pequeño detalle. Antoine Magala había escrito una carta a Arit, que estaba preparada para entregársela cuando tuviese la ocasión propiciatoria que nunca tuvo, la cual empezaba con la palabra Vamonos sin tilde en la a. Eso fue lo que desató todas las respuestas siguientes. Gracias a mi jovencita compañera pude conseguir detener a toda la banda terrorista. 
- ¿Gracias a esta guapísima y super sexy chavala?
- Es también policía, Señor Presidente. Es mi compañera de trabajo.
- No sólo su compñaeroa de trabajo sino que también soy su mejor amiga, por lo menos de momento...
- ¿Nos necesita para algo más, Señor Presidente?
- Sí. ¡Para darles el homenaje público que los dos se merecen!
- Esto... ¿podría darle ese homenaje público solamente a ella? Es la que, en verdad, se lo merece.
- ¿Y por qué no a los dos al mismo tiempo?
- Espere, Señor Presidente. Yo tampoco deseo ningún homenaje público. ¿Podría dárselo al Jefe en lugar de a nosotros dos?
- ¿A qué Jefe?
- Al Jefe de la Policía de Nueva York.
- ¿Y qué ha hecho ese Jefe para merecerlo?
- Es para que no tenga celos, Señor Presidente.
- ¿Tiene celos de usted, JC?
- Eso es. Y prefiero que no se entere su esposa.
- ¡Pero vosotros, al menos, os merecéis un Gran Premio! Algo así como una gran recompensa.
- La hemos conseguido. El Jefe nos va a pagar 100.000 dólares por haber cumplido con este trabajo a plena satisfacción de sus deseos.
- ¿Solamente 100.000 dólares? 
- Es lo que habíamos pactado.
- ¡Solamente 100.000 dólares por haber salvado al mundo de la III Guerra Mundial es un premio ridículo!
- Esto... Señor Presidente... le agradezco su sentido de la Justicia... pero yo no voy a aceptar nada más que los 50.000 dólares que me corresponden. Si quiere darle mucho más a ella hágalo porque ella se lo merece pero yo no. Ella se lo merece de verdad porque sin ella yo no sería nadie.
- Pero alguien como usted, JC, se merece un trabajo mucho mejor que el que tiene. Sabiendo todo lo sucedido le tengo uno preparado que es magnífico. Seguro que no lo rechaza.
- ¿Qué clase de trabajo, Señor Presidente?
- Ser uno de mis consejeros políticos. El sueldo es muy elevado.
- No, Señor Presidente de los Estados Unidos de Norteamérica, no. Un trabajo mejor para un simple agente de policía como yo es simplemente vivir liberado por las calles.
- Señor Presidente, yo tampoco quiero nada más que los 50.000 dólares que me corresponden. No lo necesito porque soy multimillonaria pero me ha convencido este chiflado que no pertenece a ninguna ideología esistente o por existir, salvo que él, al igual que yo, es un cristiano verdadero. 
- ¡Jajaja! ¿Prefiere estar por las calles con un chiflado antes que aceptar a formar parte de mi equipo? Te ofrezco, jovencita, el mismo trabajo que rechaza él pero incluso con mayor sueldo.
- Prefiero estar en las calles con este chiflado que me ha contagiado su locura.
- Si no puedo hacer nada más por vosotros dos, os doy las gracias; pero al menos aceptaréis de vez en cuando ser invitados a mi residencia personal para comer o cenar juntos.
- Lo que queremos es ya salir de aquí para cobrar nuestros 100.000 dólares.
- Sois libres de hacerlo. Nadie os podrá jamás molestar.
- Pues muchas gracias, Señor Presidente. ¿Te vienes com¡nmigo o te quedas, Alma?
- Me voy contigo, Corazón.
- Gracias, Alma, por tu ayuda ahora que, al estar solos de nuevo, te lo puedo decir.
- Ya estamos otra vez en las calles. ¿Y ahora? ¿Otra vez cada uno para su hogar familiar para pasar las felices fiestas con todos nuestros familiares juntos y unidos?
- Al menos tú tienes esa fortuna, Alma. No la desaproveches.
- ¿Y tú qué, José Corazón? ¿Qué pasa contigo?
- Yo pasaré la fiesta en algún oscuro cafetín. ¿Quieres seguir hablando conmigo ahora que sabes mi verdad?
-¡Yo voy contigo a ese cafetín oscuro! Quiero seguir hablando contigo.
- ¿Se lo vas a contar a tu padre?
- A mi padre no porque se ofendería mucho y de verdad al enterarse de que estoy pasando la noche en un cafetín con un trasnochado cualquiera. Pero para mí puedes ser un trasnochado pero nunca un cualquiera. Con mi madre no tengo secretos y se lo contaré. A mi madre le encantan los chiflados bohemios como tú.
- Ya hemos llegado, Alma.
- ¡Hola, JC! ¿Qué pasa contigo, tronco? ¡Tú siempre tan bien acompañado pero esta vez te has pasado del todo!
- ¡Calla, Andrew, que no está el horno para bollos!
- Así que siempre tan bien acompañado, golfo...
- ¡Que no, Alma, que no es eso que estás pensando por culpa de este majadero! ¡Que no tengo ni he tenido nunca una novia! Si quieres te lo digo cantando.
- Canta a ver si me convences.
- ¡No tengo padre ni madre ni perro que a mí me ladre pero sigo siendo el rey!
- ¡¡Jajaja!!
- ¡Me gusta mucho verte reír, Alma!
- ¡Pero no me lo creo!
- Mejor vayamos a una mesa y te lo cuento a solas sin que se enteren los demás. ¿Quieres café? 
- Contigo a mi lado sí.
- ¡Andrew! ¡Dos cafés con leche, por favor, y la próxima vez que hables de mí a ver si no sueltas tanto la lengua o te la corto!
- Que se la vas a cortar...
- Me refiero a la lengua, Alma...
- ¡¡Jajaja!!
- Me sigue gustando verte reír.
- Esta noche vienen los Reyes Magos, JC...
- Para los afortunados y afortunadas sí... pero los necesitados tendremos que esperar al dái 8 para ver si ha quedado algo para nosotros.
- ¡Tu número de la suerte, JC!
- ¿Suerte? ¿Cómo sabes que mi número preferido es el 8?
- Porque me han contado tus hazañas deportivas, sobre todo jugando al soccer.
- ¿Quién ha sido el chivato?
- ¡No te lo vas a creer!
- ¿El sargento Bill?
- No. ¡Jajaja! Ha sido El Jefe.
- ¿Para ligar contigo a mi costa?
- No lo hubiese logrado jamás. Pero sé que naciste el 8 de enero.
- ¿Quién ha sido el chivato?
- ¡No te lo vas a creer!
- ¿El Jefe?
- No. ¡Jajaja! Ha sido el sargento Bill.
- ¿Para ligar contigo a mi costa?
- Jamás lo hubiese yo consentido. ¿Tú ves enemigos por todas partes?
- No. Lo que no veo es a ningún amigo a mi lado.
- ¿No tienes familia?
- Escucha, Alma... mejor hablemos de otro tema.
- ¿Por qué no podemos hablar de tu familia?
- Es que me gusta mucho verte reír pero no quiero, por nada de este mundo, hacerte llorar.
- ¿Tienes o no tienes familia?
- ¿Familia? ¿Que es para tí eso de la familia?
- Padres, hermanos, abuelos, tíos, primos, sobrinos...
- ¡Para por favor!
- ¿Tienes o no tienes?
- ¡No!
- ¿Así de rotundo?
- Así de verdadero.
- ¿Como Jesús abandonado todo el año?
- Algo así. Sólo me queda mi abuelita materna pero ya murió...
- ¿Y hablas con ella?
- Cuando se despierta...
- ¿Y qué le cuentas?
- Historias para no dormir.
- ¿Historias para no dormir?
- Sí. Por estas fechas suelo contarle cuentos de Navidad y después de estas fechas historias variadas.
- ¿Algún cuento de miedo también?
- También. Pero es para no olvidarme...
- ¿Olvidarte de qué?
- De que no tuve nunca una verdadera familia.
- ¿Eres hijo adoptivo?
- ¿Por qué no? Se puede ser hijo adoptivo de muchas maneras.
- ¿En tu caso de qué manera?
- Siendo distinto y diferente a todos los demás.
- Llevas razón... porque no se puede tener esa eterna sonrisa tuya si no eres un hijo adoptivo.
- Cierto es, Alma. A mí me surge la sonrisa porque me ha bañado muchas veces la Luna.
- ¿Y yo qué soy para ti?
- La primaria magnitud.
- ¿Qué es eso?
- Digamos que el día en que hablé con Cervantes.
- ¿En este cafetín tan oscuro?
- No. Fue en medio de una plaza, en la misma calle donde habitan los que no tienen familia verdadera.
- ¿Alguna triste historia?
- No es triste. Es la historia de una esperanza. Esa esperanza que nos queda siempre a los mágicos solitarios.
- Quiero que me la cuentes.
- ¿De verdad quieres que te la cuente?
- Tengo mucho interés en conocerla.
- Pon atención entonces. 
- Estoy preparada. 
- Verano bochornoso. El calor penetra por la boca. Tú y yo conociéndonos a través de unos granizados en el madrileño Paseo del Pintor Rosales. Yo estoy contándote miles de tonterías y tú sólo ríes sin parar. Lo que no sabes es que por dentro estoy pensando incesantemente en cómo poder besar esos tus sensuales frescos labios sin tener que recibir una bofetada porque, al fin y al cabo, sólo eres una desconocida que ríes sin parar porque cuento miles de tonterías. Soy payaso infantil pero por dentro me corre a borbotones una sangre revuelta que en mis sienes concentra ardor erótico y trascendental.
- La tarde va pasando ligera y yo me estoy sintiendo cada vez peor ante tu perturbadora presencia. Yergues tu cuerpo. Tus senos son dos firmes naranjas en el naranja atardecer... y de pronto todo se hace noche y se acaba tu carnaval de risas porque has decidido marchar. Te pierdes en la sombra del portal con el punto de mira ya inevitablemente fijo en el avión que te llevará a París en la madrugada. París no es siempre una fiesta... sobre todo para quienes hemos perdido la ocasión de besar unos labios rabiosamente frescos...
- Estoy solo. Terriblemente solo y aturdido. Necesito alguien a quien poder contar cómo se inició todo, cómo se desarrolló todo y como todo se acabó en seis rápidas horas.
- Pienso en Andrés, en Paco, en Elena... pero Andrés está ahora en su penúltimo burdel de la zona de La Ballesta con su inveterada costumbre de la prostitución. Paco hace tiempo que anda por Barcelona con sus poesías esotéricas bajo el brazo. Y Elena ya no cree en mí desde que Luis le ha metido en la cabeza la maquiavélica idea de que yo soy sólo un donjuán sin sentimientos. ¿Qué tendrá Luis para ser siempre tan miserable?. Está bien que quiera echar un polvo con Elena pero... ¿por qué se empeña tanto en echar cenizas sobre mi cadáver?. Elena y yo hace ya meses que no tenemos nada en común, salvo esa vieja amistad que ahora está zozobrando por culpa de sus cabronadas.
- Lo mejor que puedo hacer, para olvidarte, es irme a Lavapiés y emborracharme en la tasca del Venancio lo mismo que hace Juan Manuel todos los fines de semana. Pero no. Yo no quiero olvidarte. Yo sólo deseo recordarte para siempre. No olvidarte jamás.
- Y entonces comienza mi locura. Corro hacia el Templo de Debod como un lunático sacerdote de la Isis nocturnal... pero reboto en las escaleras y bajo a todo tropel hasta llegar a la Plaza de España. Me quito los zapatos. Me quito los calcetines. Plenamente descalzo me siento en el verde césped para parlamentar prolongadamente con las estatuas de Don Quijote y Sancho Panza. Total, yo ya estoy más loco que los dos juntos...
- ¡Bellaco imberbe juvenil! ¿Cómo osas perturbar con tu insolente presencia mis profundos pensamientos?
- ¡Tened compasión de él, mi señor Quijote! Parece simplemente un muchacho enamorado.
- Muchacho o fantasmagórica transformación de algún diabólico jerife... hablad de inmediato si no queréis que os atraviese con mi adarga! ¿Qué habéis venido a tramar en mis moradas?
- Caballero de La Mancha... vos que sabéis tanto del desamor... ¿qué tengo que hacer para olvidarla?
- Veo que sois muy tierno en estos menesteres. Para olvidarla no podéis hacar nada salvo encomendar vuestra alma al Destino. ¡Es imposible olvidarla!
- No sois muy generoso con él, mi señor Quijote.
- ¡Callad tragaldabas! Cuando dos hombres hablan de olvidar el amor, los que sólo saben de pitanzas deben guardar silencio.
- Llega un profundo silencio desde la Red de San Luis bajando a lo largo de toda la Gran Vía...
- ¡Oídme, jovenzuelo! !Este silencio sólo es la antesala del ruido estremecedor de los diablos que vienen a gozar del festín de tus sentimientos!
- Don Quijote... ¡ayúdeme a superar el miedo! ¡Deseo acabar con este dolor!.
- ¡Callad, muchacho! El dolor forja a los hombres hasta convertirlos en heroicos personajes de viejas leyendas.
- Entonces me entra un rayo de lucidez y entiendo que el personaje que está verdadera y locamente enamorado de Dulcinea no es Don Quijote sino Cervantes...
- Don Miguel... ¿qué puedo hacer para olvidarla?
- No la olvides, muchacho. Lánzate hacia la primaria magnitud de tus sentimientos. No pierdas el tiempo hablando con marmóreas estatuas. Búscala y bésala sin compasión...
- Penetro en la locura de la enésima potencia. Dejo mis calcetines, mis zapatos y mi sangrante corazón en el jardín de los olvidos y me lanzo calle arriba. Llego a Martín de los Heros 36. Subo al segundo piso. Llamo. Ella me abre y yo la beso sin compasión como me ha aconsejado mi amigo Miguel...
- Y, por último, la total y definitiva locura cuando en la pequeña habitación de la República del Manicomio, realizamos el acto carnal-sexual-congenital.
- El avión de la madrugada, con destino a París, se eleva con la ausencia de una pasajera... una pasajera que está todavía aromatizando sus cálidas esencias en el semen de mi sensación.
- ¿Qué te ha parecido, Alma?
- ¿Eres hispanista?
- En mis ratos libres, que son cuando me libero de todos y de todas.
- ¿Para huir de tu soledad?
- Algo de eso...
- Cuenta, cuenta.
-  Me he refugiado en las leyendas y he escrito un libro hermoso ausente de palabras porque es sólo un olvido y un canto hacia el fluir de las dudas. Con el maravilloso descubrimiento de las metáforas ocultas, una lágrima de cristal me ha enseñado a caminar por un nuevo mundo, el mundo de los misterios. Y así, arrastrando las dudas, me he convertido en cántaro de fe. Pero sigo teniendo miedo a la liturgia de las soledades. Me estoy contemplando en la imaginación de las alas humanas y pienso que es mejor no existir dentro de ningún mensaje; que es mejor que el mensaje sea una especie de locura individual para encontrar la salvación de unos pensamientos llamados silencios. No lo sé exactamente, pero cada vez estoy más convencido de que el último objetivo de mi memoria es pedir que me envuelvan los años en el idioma de las ideas ausentes; las ancestrales ideas ausentes de las leyendas.
- ¿Dónde escribiste eso?
- En uno de mis insólitos viajes por el mundo de Dios.
- ¿Quién te ha metido tanta soledad dentro, JC?
- Pudieran ser incluso mis propios familiares sin es que existen de verdad.
- ¿Algo así como fantasmas tal vez?
- Sin el tal vez, Alma. Simplemente fantasmas nada más.
- ¿Y tú no tienes miendo a los fantasmas?
- Me son demasiado familiares como para tenerles miedo. Les combato y siempre les derroto.
- Eres el chaval más valiente que he conocido y que conozco.
- ¿Yo el más valiente?
- Sí. Tú el más valiente y el más generoso...
- ¿Lo dices por los 50.000 dólares que he ganado para ti? Puedes quedarte, si quieres, con los 100.000 completos. No necesito ni un solo dólar para seguir siendo yo.
- ¿Y por qué no al revés?
- Ahora no estamos jugando, Alma.
- Te lo digo en serio. ¿Por qué no los 100.000 dólares para ti para que de esa manera puedas sobrevivir?
- Me parece que dejé bien claro que íbamos al cincuenta por ciento.
- ¿Siempre has sido un superviviente?
- Desde que nací.
- Pues tengo una sorpresa para ti.
- ¿Un beso en la cara solamente como amigos nada más?
- Algo mucho más interesante. 
- Pues algo más interesante no lo es para mí.
- No voy a permitir que te echen mala fama por mi culpa.
- ¿Porque me tachan de locos los incrédulos?
- Sí. ¡No lo voy a permitir!
- ¿No te das cuenta de que me están haciendo un gran favor?
- ¿Qué gran favor es llamarte loco?
- Me están haciendo el gran favor de no ser como ellos.
- Pues entonces ven a mí...
- Si no hay más remedio... pero antes, para demostrate que no estoy loco, debes saber que soy más ágil mental que todos ellos juntos...
- ¡Jajaja! ¡Ven con mi familia!
- ¿Y tú padre? ¿Que sucedería con tu padre si me ve entrar a mí en su casa?
- Mi padre quedará callando y observando pero mi madre no.
- ¿Tu madre?
- Mi madre conoce muy bien a Jesucristo abandonado todo el año.
- ¿Y no podemos dejarlo para otro año que sea bisiesto?
- ¡Jajaja! Pues no. No podemos dejarlo para un año bisiesto.
- ¿Ha habido algún chivato que ha contado contado toda mi verdad a tu madre?
- No ha sido ningún chivato sino una chivata.
- ¿Una chivata muy guapa?
- ¿Cuál es la diferencia entre que sea una chivata muy guapa o una chivata que no sea guapa?
- La diferencia entre lo que es la belleza en la expresión y no lo que no es la belleza en la expresión, la diferencia entre lo que es producto del afecto amistoso o lo que es producto de la envidia. ¿Me comprendes?
- ¡Claro, JC! ¡He sido yo misma!
- Entonces... ¿de verdad quieres que los dos vayamos hoy a cenar con toda tu familia?
- Eso es lo que deseo y esa es la palabra que les he dado a todo ellos y ellas.
- ¿Y no puedes dejar de cumplir tu palabra?
- Me sucede lo mismo que a ti. No puedo hacerlo. ¿Has roto tú alguna vez tu palabra? 
- Yo nunca.
- Pues yo tampoco.
- ¿Vas a dejarnos ahora colgado a tus amigos, JC?
- ¿Quiénes son mis amigos, Andrew?
- Charles, Joe Louis, yo...
- todos vosotros tenéis vuestra propia familia y no me necesitáis ya para nada porque ya nada puedo daros. Eso es lo que pensaís ahora de mí... así que... ¡chao a los tres y al resto porque prefiero la aventura de lo desconocido! ¡Mas vale lo bueno por conocer que lo malo conocido!
- ¡Pero luego no vuelvas a pedirnos ayuda!
- ¿Me habéis ayudado alguna vez de verdad o he tenido que pagaros un alto precio por tener vuestra amistad? Mejor estad callados porque si os tuviera que decir toda la verdad...
- ¡Bien dicho, JC! ¡Les has dado en donde más les duele!
- ¿En dónde?
- En su vanidad de vanidades, JC. 
- Creía que ibas a decir en otro lugar de sus anatomías. 
- ¡Jajaja!
- Me gusta verte reír, Alma.
- No te preocupes ya más por todo eso. Te dije antes que tengo una sorpresa para ti.
- ¿Qué sorpresa me quieres dar?
- ¿No querías escaparte conmigo a Hawai los dos juntos?
- Eso lo dije cuando estaba soñando como siempre...
- ¿Como siempre?
- Si. Soñando con imposibles.
- ¿Y esto que tengo aquí qué es?
- ¡¡Ostras!! ¡Dos billetes de avión para Hawai!
- Uno a tu nombre y el otro con el mío.
- ¿De viaje de vacaciones?
- Algo más que eso.
- Eso es imposible...
- Pero es una realidad. Es un viaje de luna de miel.
- ¿A tu nombre y al mío? ¿No te has equivocado de persona?
- ¿Cómo me voy a equivocar de persona si estoy trabajando contigo hasta que te he conocido en tu totalidad? Hay muchos que esconden su personalidad para engañarlas pero tú no.... porque tú no has engañado nunca a ninguna aunque fuesen muy guapas.  
- ¿De verdad que ese soy yo?
- Puedes besarme en la boca para que veas que no soy un fantasma.
- ¿Puedo hacerlo?
- El hombre que ama a una sola mujer es un hombre verdadero aunque tenga solamente 18 años de edad y la mujer solamente 16.
- ¿Y cómo sabes que yo te amo a ti?
- Lo he sabido desde mucho tiempo antes de trabajar a tu lado. Digamos que desde que nací. 
- Entonces... ¿sí o no?...
- Que sí... que puedes besarme en la boca...
- ¿En los labios?
- Pero... date prisa... ¿no ves que está comenzando a llover?...
- Mejor que mejor.
- ¿Te atreves o no te atreves?
- Pues... ¡allá voy!...
- Besas mejor que nadie, JC, y no tengo por qué comprobarlo comparándote con ningún otro hombre o mujer. Me  basta con haberlo experimentado solamente contigo.
- Feliz Año Nuevo, Alma.
- Feliz Vida Nueva, Corazón. ¡Abrázame muy fuerte!
- Eso es fácil de hacer, Alma. ¡Mira bien la Luna!
- Ya lo veo. Eres más fuerte de lo que se creen todos ellos...
- Feliz Mundo Nuevo, Alma.
- Feliz Familia Nueva, Corazón.

FIN 
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Foto del autor Jos Orero De Julin
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Novela de Ficcin.

Palabras Clave: Literatura Prosa Novela Relatos Narrativa Ficcin.

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Ficcin



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