“El que se va sin que lo echen...vuelve sin que lo llamen.”
Han pasado algunos veranos,
desde que terminamos;
cada uno tomo su rumbo; 
más el destino nos dio un tumbo;
ese viernes frío y amenazador,
te encontré tan guapo y cautivador,
eras toda una tentación,
de esas incitaciones que tenemos las mujeres,
que están al alcance de nuestra afición, y
que con un simple embeleso acariciamos placeres;
estabas tan sólo como yo y con esa tardecita pluviosa,
me dieron ganas de travesear como en los viejos tiempos,
sabía que no te iba a resistir tu mirada te evidenciaba,
sin mediar palabra nos tomamos de las manos,
como adolescentes nos dejamos llevar por las ansias.
Guarecidos empezamos a besarnos desesperadamente,
ansiosos de esos besos que hacía tiempo no nos dábamos,
saborear tus besos con el agua de lluvia es alucinante,
un temblor viene al contacto de nuestros cuerpos mojados;
me enloquece ese cosquilleo que sube por todo mi entidad,
que hace renacer con más fuerza mi sensualidad,
mientras tus manos arden sobre mi piel.
Ese viernes frío y amenazador,
regresaste como buen jardinero a cuidar a tu flor.
Lunaoscura